El número cuatro de la lista del PSOE a las elecciones
europeas, Juan Fernando López Aguilar, llega hoy a Ceuta
para explicar parte del programa del partido cuyo gran
objetivo para estos comicios es movilizar a los electores
desencantados con la política del PP. En una entrevista con
EL PUEBLO, López Aguilar alerta de que Europa atraviesa la
peor crisis de su historia después de diez años de hegemonía
conservadora y pide a los ciudadanos que se movilicen para
transformar su malestar con la política en un cambio real a
través de las urnas. El que fuera ministro de Justicia con
el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, asegura que los
conservadores han provocado la desmovilización de los
votantes y ahora su objetivo es revertir esa situación.
Pregunta.- ¿Cuáles son los principales objetivos de su
partido de cara al 25 de mayo?
Respuesta.- Ganar. Y, para eso, hay que movilizar a quienes
se sienten peor tratados por el manejo de la crisis, que no
ha sido un accidente, sino una consecuencia de una
correlación de fuerzas en toda Europa en favor de una
hegemonía conservadora ante la que hay que poner una
alternativa con una mayoría progresista liderada por los
socialistas europeos. Para eso, es imprescindible,
restablecer la confianza en el poder del voto. A toda esa
mayoría social que ha sido malherida en España por el PP,
con un desmoronamiento de la protección social y un ataque
sin precedentes a la dignidad del trabajo, le decimos que se
pueden cambiar las cosas con el voto. Por tanto, combatimos,
además de la desigualdad generada por esta gestión de la
crisis, la desmovilización, que es la consecuencia de la
antipolítica.
P.- Asegura que es imprescindible restablecer la
confianza en el poder del voto, ¿por qué se ha perdido esa
confianza en estos últimos años en los que el descrédito
político se ha generalizado?
R.- Toda mi vida he sido muy exigente con la integridad y la
vocación de servicio en la representación política. Me la he
exigido y la practico. Pero, también combato la propaganda
antipolítica de la que se ha acompañado la hegemonía
conservadora en Europa para desmovilizar a los progresistas
y, de un tiempo a esta parte, a los europeístas. De este
modo, los conservadores van a votar, y los antieuropeos y
eurófobos lo hacen con mucha furia, pero la izquierda, los
progresistas y los europeístas están siendo instigados a
votar muy poco y muy flojo. El resultado está a la vista:
Más mayorías conservadores en el Consejo, la Comisión y el
Parlamento. Eso hay que combatirlo con la movilización del
voto y nos corresponde a los socialistas ofrecer buenos
motivos para que los ciudadanos vayan a votar.
P.- ¿Cuáles son esas buenas razones que ofrece el PSOE a
los ciudadanos para ir a votar el día 25?
R.- En primer lugar, decir basta de recortes. No es verdad
que la consolidación fiscal consista sólo en reducir lo que
la derecha llama gasto social ya que, por el contrario,
destruir los servicios públicos y la inversión pública es
destruir el futuro. Además, este modo de actuar es recesivo
económicamente, no nos ha sacado de la crisis y sólo ha
exagerado las desigualdades. En segundo lugar, hay que
actuar sobre la deuda, para que no nos ahogue, y eso
requiere cambiar el papel del Banco Central y comprometerlo
con el crecimiento y el empleo. Lo tercero que proponemos es
la reforma fiscal para restaurar la progresividad e
introducir una tasa contra la especulación y las
transacciones financieras que genere recursos. En cuarto
lugar, queremos la restauración del modelo social europeo,
para garantizar su sostenibilidad, y para ello, hay que
contar con los agentes sociales y con los sindicatos,
sometidos a una ofensiva de deslegitimación con la que se
quiere debilitar a los trabajadores. En quinto lugar, hay
que relanzar la Europa de las libertades, del derecho y de
los derechos, porque la democracia, a rebufo de esta crisis,
también está retrocediendo en toda Europa. Ante esto, la
mayor amenaza consiste precisamente en la desmovilización de
quienes pueden cambiar las cosas si van a votar. Ahora
gobiernan los mercados financieros que no se presentan a las
elecciones y la única forma de hacerle frente a ese mal es
enfrentar a los poderes fácticos financieros desde la
política. Para eso hay que ir a votar, y votar por la
izquierda, el próximo 25 de mayo.
P.- Habla de relanzar la Europa de las libertades
mientras hay quien opina que el modelo europeo está
obsoleto, ¿la Unión Europea se debe someter a un cambio
profundo o volver a sus orígenes?
R.- Europa atraviesa la peor crisis de su historia y no es
casualidad. Ha habido diez años de abrumadora mayoría
conservadora en el Parlamento Europeo, y hegemonía total en
el Consejo y la Comisión que han subvertido el contrato
social europeo que era en su origen un pacto de
redistribución de riqueza, cohesión territorial e
integración social con garantías de derechos. Eso es lo que
está más amenazado que nunca. La propia razón del modelo
social Europeo es lo que los socialistas queremos que nos
devuelvan y para eso hace falta votar, con tantas ganas como
lo hace la derecha y los eurófobos, que quieren dinamitar la
Unión Europea desde dentro. No lo podemos consentir y la
respuesta socialista es europeísta, pero cambiando la
dirección, el rumbo y el liderazgo, y en ningún caso
antipolítica. No vamos a salir de esta crisis cabreados en
el bar, en la calle y en internet, sino con el poder de
cambio que tiene el voto en las urnas.
P.- En Ceuta el problema de la inmigración se ha
convertido en un tema polémico en los últimos meses tras la
avalancha del 6 de febrero, ¿cree que la gestión de las
fronteras es un problema de Europa, como dice el Gobierno, o
que es un déficit del ejecutivo de Rajoy?
R.- Si el Gobierno dice que el problema es de Europa, lo
hace para desresponsabilizarse. De su parte está la gestión
de las fronteras exteriores en el sur del Mediterráneo,
Ceuta, Melilla y Canarias, y la respuesta, en ningún caso,
son las devoluciones en caliente ni las pelotas de goma.
Hace falta cambiar la mirada a la inmigración, porque la
política de la derecha es siempre negativa y la estigmatiza
como una amenaza o una invasión. No es verdad. Los
inmigrantes se encaraman desesperados a las vallas de
Melilla o Ceuta porque no existe ninguna compuerta razonable
a la gestión de la inmigración regular. Por eso, las mafias
explotan la irregular y juegan con la desesperación de quien
arriesga su vida y, a menudo, la pierde. Ante esta
situación, es imprescindible que la Unión Europea complete
el espacio de libertad, justicia y seguridad, y llene de
contenido el mandato de solidaridad en la gestión de los
flujos migratorios, contenido en el artículo 80 del tratado
de funcionamiento de la Unión Europea. De esto he hablado
contundentemente en los cinco años que he presidido, durante
esta legislatura, la Comisión de Libertades, Justicia y
Asuntos de Interior de la Unión Europea, exigiendo de la
Comisión y del Consejo solidaridad con los estados de la
unión que tienen fronteras más sensibles como son España,
Grecia, Italia o Malta.
P.- ¿Qué soluciones se pueden aportar para acabar con la
tragedia que se vive en la frontera de Ceuta, además de
ampliar la cooperación con los países de origen?
Respuesta.- No es poca cosa sostener la cooperación al
desarrollo y ponerla en común. La Unión Europea suma el
mayor esfuerzo de cooperación al desarrollo en el mundo,
pero tan sólo con que lo pusiera en común, en lugar de
hacerlo de manera fragmentada, seríamos mucho más eficaces.
Además, la Unión Europea tiene que llegar a ser un actor
globalmente relevante y salir de la patética impotencia que
ahora caracteriza su incipiente política exterior de la que
se ríe Putín, pero también el resto de los actores
relevantes. Por otro lado, hay que cambiar la mirada a la
inmigración y aprender que negar el fenómeno no es la
respuesta correcta. Hay que gestionar la inmigración y abrir
cauces para su regularización, lo que puede contribuir al
reverdecimiento de una Europa envejecida o al sostenimiento
del modelo social con los impuestos de estas personas.
P.- El paro juvenil es uno de los problemas a los que se
enfrenta Europa y, según los analistas, una asignatura
pendiente, ¿cree que la Unión Europea se ha equivocado en la
gestión de este aspecto? ¿Qué solución propone el PSOE?
R.- La gestión de la crisis dispuesta por la mayoría
conservadora ha sido una catástrofe en términos sociales y
se traduce en 27 millones de parados, seis de ellos en
España, y en una insoportable tasa de desesperación juvenil.
Los jóvenes mejor cualificados de la historia de España se
van fuera, enfadados con su país porque no le da
oportunidades. Por tanto, los socialistas proponemos una
alternativa rotunda diciendo que el Banco Central Europeo se
debe comprometer con el crecimiento y con el empleo. Basta
de subordinación al Bundesbank, que pretende que el problema
de Europa sea controlar la inflación y no lo es. El problema
de Europa es la falta de crecimiento y el paro masivo. Por
ello, los socialistas hemos propuesto una iniciativa para la
garantía de la empleabilidad juvenil y queremos financiarla
con una potencia de fuego, con ayuda del Banco Central
Europeo, que multiplique al menos por diez la raquítica
asignación, de 3.000 millones euros complementados con otros
3.000 millones del Fondo Social Europeo, que le ha dado el
consejo y que todavía no está en vigor. Pero, el PP lo vende
con trompeterías propagandísticas porque a España le tocan
900 millones, con los que no hay por donde empezar. Nos
preocupa el paro juvenil y también el paro de larga duración
entre los mayores de 50 con cargas familiares, porque su
desesperación es todavía mayor y es difícil su reinserción
en el mercado laboral. La reforma laboral ha triturado la
confianza de toda una generación de españoles en la dignidad
del trabajo. Ahora, tener un empleo, ni te saca de pobre ni
te ayuda a tener un proyecto vital y familiar. Todo esto hay
que cambiarlo y hay que hacerlo con la fuerza del voto.
P.- Los ciudadanos también reclaman más participación,
¿cómo daría cabida a esta exigencia el partido socialista?
R.- Cambiando la política. El PSOE propone reformas
constitucionales de caballo y es el único partido que ha
aportado fuertemente, con el trabajo llevado a cabo en su
Conferencia Política, por un gran reseteo de la democracia.
Pero para cambiar la política habrá que ganar las elecciones
de 2015 y abrir el cauce de una reforma constitucional
profunda que propicie un reenganche de los jóvenes a una
política que les ha ido dando la espalda y ha ido
envejeciendo. Eso tendrá lugar en las generales de 2015
pero, por lo pronto, hay que recuperar la Europa que echamos
de menos. Ese es el primer desafio.
P.- ¿Desde el PSOE se aboga por la inclusión de Ceuta en
la Unión Aduanera y por mejorar las relaciones entre Europa
y Marruecos?
R.- Dependerá siempre de las iniciativas de Ceuta como
Ciudad Autónoma y de la voluntad de los ceutíes, además de
que el Gobierno de España interprete uno u otro modelo de
integración en la Unión Europea. No obstante, es evidente
que Ceuta, como Melilla y Canarias, representan situaciones
territorialmente diferenciadas. Son fronteras exteriores,
sensibles y vulnerables, territorios alejados y necesitados
de un apoyo y una cobertura que debe compatibilizarse con el
derecho europeo de las ayudas al estado. Sobre todo, hay que
tener una relación fluida y cooperativa con el vecino
inevitable que es Marruecos. A Ceuta y Melilla sólo puede
venirle bien que el conjunto de la Unión Europea tenga una
política de vecindad y cooperación constructiva cono
Marruecos.
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