Todos fueron Munir y todos pidieron justicia por su
asesinato y todos pidieron más seguridad para la barriada.
Unas mil quinientas personas participaron ayer en la Marcha
por la inseguridad que recorrió las vías más importantes de
la ciudad.
La rabia, la ira, la indignación, la preocupación por la
situación, la sed de justicia y la reclamación de más
seguridad fueron los argumentos más importantes que ayer se
escucharon por parte de centenares de gargantas, que tomando
el asesinato del joven de la barriada del Príncipe,
mostraron a Ceuta que están ya cansados y que no están
dispuestos a seguir aguantando un minuto más la situación
que padecen.
Un poco antes de la siete de la tarde, unas quinientas
personas y cientos de pancartas tomaban la calle desde las
puertas la mezquita Sidi Embarek, justo en el lugar en el
que partió hace pocas fechas un gran grupo de personas que
fueron los que asistieron a las honras fúnebres del joven
Munir.
Este grupo que se concentró a las puertas de la mezquita
había llegado, en su mayoría, de la barriada del Príncipe,
donde antes de partir se habían reunido para que la Marcha
se desarrollase con toda normalidad y que no se registrase
ningún incidente, como así fue. Es por ello que hay que
felicitar a los organizadores por como se desarrolló todo
Agentes de la Policía Nacional y organizadores iban abriendo
paso a la comitiva que fue bajando por Juan Carlos I, Los
Rosales, Hadú hasta llegar al principio de la Avenida de las
Palmeras.
Uniéndose más personas
Más policía y menos corrupción, Munir amigo el Príncipe está
contigo, delegado dimisión, asesinos, asesinos, queremos
seguridad, fueron las frases que más se corearon durante
todo el recorrido y a medida que la marea humana iba
avanzando por las calles de las distintas barriadas, los
vecinos de las mismas se iban uniendo, haciendo que el
número de personas fuese en aumento a cada momento.
Mención especial merece las pancartas. El trabajo que desde
ayer se venía haciendo en el Príncipe Alfonso se hizo notar
en la marcha y fueron muchas las pancartas que se podían
ver, al igual que muchas fotocopias en color con la imagen
de Munir.
Para mantener un ritmo adecuado, los organizadores iban, a
veces, ralentizando la marcha e, incluso, paraban a la
multitud para que se caminase totalmente en orden. Sin duda,
los asistentes a la Marcha dieron todo un ejemplo en ese
sentido.
Así se fue acabando el recorrido hasta llega a la plaza de
la Constitución, donde junto al monumento ubicado en la
misma, había globos blancos y rojos con manos impresas, así
como un equipo de megafonía para poder leer los manifiestos,
como así se hizo.
A la Plaza de los Reyes
Pero fue en ese momento en el que el desconcierto, al igual
que sucedió al llegar al principio de las Palmeras donde los
organizadores no sabían si tenían que entrar por la Plaza de
Africa o por Las Palmeras, al final se entró por la avenida,
se apoderó de la situación, ya que si bien la cabeza de la
manifestación se paró en e lugar previsto para terminar, la
Plaza de la Constitución, el grueso de la multitud siguió
hacia adelante por la calle Real para dirigirse hasta la
Plaza de los Reyes y seguir con sus protestas frente a la
Delegación del Gobierno.
Poco a poco, los participantes se fueron concentrando,
llenando totalmente la plaza.
Un dispositivo policial se agregó al que había venido
escoltando a la Marcha y se vivieron momentos de emoción,
sobre todo cuando la tía del joven asesinado, que acompañaba
a su madre y al hermano de éste, a través de un megáfono se
dirigió a los presentes pidiendo, como la familia ha venido
haciendo desde el momento del brutal crimen, justicia para
Munir.
No hubo ningún tipo de alteración y tras permanecer un buen
rato en la Plaza de los Reyes, la madre de Munir solo usó la
palabra para dar las gracias a los asistentes y pedir que
por favor todos marcharan tranquilos a sus casas, quedando
la plaza despejada al instante.
|