Al alba del jueves 6 de febrero
pasado, con la vecindad totalmente inmersa en el más allá
del dormitar en sus catres, sofás o esterillas de sus perros
o gatos. Desperté de mí adormecer sin aspavientos, a pesar
de que durante la noche, mi mente rememoró en forma de
ensueños, acciones malignas que me impactaron recientemente,
quedándoseme grabadas en el disco duro de mi cerebro. No
siendo obstáculo, dichos acontecimientos nacionales e
internacionales, para que le esbozara una sonrisa a los
pétalos de mi rosa, que dormía junto a mí plácidamente a
piernas sueltas. Renaciendo, segundos después, ella como el
Ave Fénix. Emitiendo un rugido como el león de la Metro, al
haberla despertado cuando al abandonar el lecho de amor
camino del aseo, perdí el equilibrio pegándome un descomunal
guarrazo contra el suelo, rompiéndome varios dientes.
Sangrando más que un toro degollado o, cuando le hacen la
circuncisión a uno en el miembro reproductor.
Al ser yo un alma libre, levantándome cuando me despierto y
acostándome cuando tengo sueño, a mi edad aún no he acatado
ciertas recomendaciones, ni los buenos consejos de la flor
de mi canela. Teniéndome más que dicho, por activa y por
pasiva, que cuando me levante de la cama, no lo haga de
forma brusca, sino con suavidad y temple, para que el riego
sanguíneo diluya suavemente por todas partes de mi moldeado
y atlético cuerpo. De lo contrario, puedo sufrir más
vahídos, como el del jueves.
Es evidente, que de las caídas se aprende. Por ello, tomo
nota y ya lo sé para el futuro. Consecuentemente, como
correr es de cobardes, intentaré no hacerlo ni cuando salga
de la piltra... Pero errar y caerse le pasa a cualquiera, no
estando exento de ello ni SM el Rey de España. Al que he
visto a través de imágenes de televisión o, en instantáneas
impresas o digitales de medios periodísticos y foros, rodar
por los suelos al flaquearle las fuerzas. Pero creo que, lo
que se le ha dado bien a Juan Carlos, al ser un buen
deportista, es hacer el salto del tigre…
Aunque, él no ha tenido casi nunca problemas para
levantarse. Porque si no puede hacerlo por sí mismo, lleva a
su alrededor una legión de asistentes que correrán a
socorrerlo. No creyendo, que alguien se mofe inmediatamente
después, de cuando eso le ocurra al Monarca. Ni tampoco se
atrevan a decirle –Levántate y anda, Juan Carlos, que no
andas ya ná. Yo no lo haría, porque cuando me he caído en la
calle, lo he pasado mal, sin dejar de mirar para todas
partes, por si me había visto alguien.
Pero sí celebraré cuando caigan ciertos imperios, como le
ocurriera al romano. Y más, si cuando naufragan los mismos,
sus emperadores y ratas imperialistas son las primeras en
huir. Como le pasó recientemente al necio, fascista,
dictador y torturador ucraniano, Viktor Yanukovich, cuando
el pueblo se levantó pacíficamente contra él y contra su
Gobierno. Siendo depuesto y congeladas todas sus cuentas
bancarias internas y en paraísos fiscales. Despojándolo de
sus mansiones, por sus muchas tiranías y arbitrariedades
cometidas. Refugiándose ese ogro de la política, en las
ubres de su protector ruso, Vladimir Putin. El que hace unos
días se tomó la revancha zorra y bélicamente a lo Rommel.
Pero no tengo la menor duda que, tarde o temprano, Putin,
encontrará la horma de su zapato. Y le ocurrirá lo mismo o
peor que al “Zorro del Desierto”, cuando Montgomery lo
derrotó e hizo que se retiraran sus tropas del Norte de
África, liberando Túnez en 1943...
Carrera de cien metros lisos con salto de obstáculos
incluidos, siendo grabada por una cámara de televisión y
difundida. Fue la que se pegó el ex presidente del Sevilla
C. F., José María Del Nido. Cuando en la mañana de miércoles
5, vestido de sport, portando mochila y gorra deportiva, se
personó en la cárcel Sevilla-I para ingresar y cumplir su
condena de siete años, por haber trincado irregularmente una
millonada de euros en el caso ‘Minutas’. No habiéndolo
salvado de tener que ingresar, ni los indultos solicitados,
ni las cientos de firmas de sus palanganeros presentadas...
Así que, Del Nido está ya anidando en el hotel rejas a la
sombra. Y como letrado que es, aprovechará, bien encunado,
el tiempo que esté enrejado, para aprenderse las leyes
internas de los presos. Por lo tanto, vaselina perfumada.
¡Señor!, señor, ¡cómo está el fútbol!
Otra carrera fulgurante a la española olímpica. Es la
realizada por el balonmanista yerno del Rey, Iñaki
Urdangarín, asesorado por grandes maestros de esta pelotera
y corrupta España. Por ello, a pesar de lo mucho que
presuntamente ha mangado, junto o separadamente de su esposa
la infanta Cristina. Aún prosigue sin que haya dado con sus
huesos en la cárcel, ni haya devuelto toda o parte de la
millonada de euros trincados rateramente...
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