Mucho ha sido lo que se ha escrito sobre la actuación del
delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González
Pérez, con motivo de los trágicos hechos sucedidos el pasado
seis de febrero en la playa del Tarajal cuando un grupo de
inmigrantes subsaharianos intentaron el asalto a la valla y
que hasta el momento se ha saldado con quince fallecidos
Muchas fueron las interrogantes a las que tuvo que hacer
frente.
Ciertamente en este asunto hubo muchas dudas desde el
principio sobre la actuación llevada a cabo por los miembros
de la Guardia Civil (los de la Policía Nacional, curioso,
apenas sin intervinieron), aunque con el paso de los días
una cuestión ha quedado clara y el devenir de los hechos así
lo demuestra. El delegado del Gobierno no mintió en la
comparecencia ante los medios de comunicación de la siete de
la tarde de ese fatídico día.
Eso ha quedado corroborado con la información publicada por
el diario nacional El País, que en su edición de ayer
reproducía el informe de dos páginas que el teniente coronel
jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta, Andrés
López García, remitió a toda la cadena de mando del Cuerpo
el mismo día de los hechos.
El delegado del Gobierno lo que hizo esa tarde fue sólo leer
el informe que existía hasta ese momento y, por lo tanto, lo
único que hizo fue dar a los medios de comunicación una
explicación detallada de lo que en el mismo se decía y que
hoy ha leído media España.
Pero hay que tener en consideración que ese es sólo un
primer informe, ya que posteriormente el ministerio del
Interior solicitó varios más exhaustivos a la Guardia Civil,
pero eso sí, una vez que comenzaron a aparecer los vídeos y
las información que tiraban por tierra las afirmaciones que
hasta el momento se habían realizado por parte de los mandos
policiales, directores generales e, incluso, el ministro del
ramo en una comparecencia de urgencia ante los medios por la
gravedad de los sucesos.
Si se toman las grabaciones de ese día, el delegado del
Gobierno relata con más minuciosidad el contenido de este
informe, aunque Francisco Antonio González si se ayudó de un
mapa para ir señalando los puntos por los que intentaron
acceder los inmigrantes a Ceuta en su intento de asalto a la
valla.
De esta manera, el delegado afirmó en esa comparecencia,
sólo hay que tirar de las grabaciones, que todo comenzó a
las 5,45 horas con la detección en los montes próximos al
vallado de unos doscientos individuos acercándose al mismo.
Eso, si se compara con el informe, se ve que el responsable
de la Administración General del Estado lo que estaba
haciendo era trasladar el contenido del informe.
Intentos de entrada
Otros datos totalmente coincidentes son los de los intentos
de entrada y en el informe se relata que los inmigrantes
primero se dirigieron al puente del Biutz, luego a la
frontera del Tarajal, “donde tanto en la misma como en sus
alrededores trataron de asaltar el vallado en numerosas
ocasiones, siendo evitado en todas las ocasiones por la
actuación de las Fuerzas del Cuerpo”, esto es, por la
Guardia Civil, no Policía Nacional. Todo tal y como detalló
el delegado.
En aquel momento en la zona había media UBA, esto es unos
dieciocho o veinte agentes de los Grupos Rurales de
Seguridad (GRS) y entre diez y quince efectivos de las
patrullas rurales, que son las destinadas en el perímetro
fronterizo; vallado, gradas y demás.
En este primer informe del teniente coronel nunca se habla
de hechos ocurridos en el territorio nacional, siempre se
cita que todo aconteció en suelo marroquí y que, además, los
agentes de la Guardia Civil “no se ha hecho uso de armas de
fuego, limitándose al uso de la fuerza, al lanzamiento de
pelotas de goma y el uso de cartuchos de proyección en los
momentos en los que los inmigrantes se abalanzaron sobre el
vallado para tratar de entrar de forma masiva y nunca de
forma directa hacia los mismos”.
Esto también lo dijo así el delegado del Gobierno, que tal y
como se cita lo único que hizo es hacer pública la
información contenida en el documento que en ese momento se
disponía. Posteriormente, los hechos han discurrido por
otros derroteros.
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