El jueves de la semana pasada la Guardia Civil utilizó
material antidisturbios para frenar la avalancha de
inmigrantes que intentaban alcanzar la costa ceutí, pero
sólo para dilimitar “la traza fronteriza” y para disuadir a
estas personas de llegar a la playa del Tarajal. Así lo
explicó ayer en el Congreso de los Diputados el ministro del
Interior, Jorge Fernández Díaz, que reconoció que la Guardia
Civil destacada en Ceuta disparó material antidisturbios al
agua durante el intento de entrada en España de un grupo de
inmigrantes que se saldó con, al menos, 12 fallecidos. No
obstante, el ministro afirmó que “no hay ninguna relación
causa efecto” entre esta práctica y las muertes.
Estas declaraciones contradicen a las que hizo el Delegado
del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, que negó la
utilización de este material al igual que el director
general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa,
quien dijo que en ningún caso se habían utilizado pelotas de
goma en el agua.
Fernández Díaz leyó durante su comparecencia un “informe
exahustivo” que le había trasladado la Guardia Civil en el
que se especificaba que los agentes dispararon pelotas de
goma y cartuchos de fogueo al agua para marcar una “traza
fronteriza” y disuadir a los inmigrantes de alcanzar la
playa. “A fin de frenar su avance, se lanzaron los medios
para delimitar la traza fronteriza en el mar con la orden
habitual de que siempre hubiese varios metros entre el lugar
de impacto en el agua y los inmigrantes para no
alcanzarlos”, manifestó el ministro para señalar que esto
provocó que “desistieran del intento la mayor parte de los
mismos sin que ninguno resultase alcanzado”.
El responsable de Interior, en la comparecencia que hizo
ayer a petición propia pero también de varios partidos de la
oposición, aseguró que “todos los lanzamientos se hicieron
desde tierra” y a una distancia “como mínimo superior a los
25 metros”. Además, señaló que la zona de impacto “siempre
correspondió a aguas españolas, lejos de donde estaban los
inmigrantes”. Fernández Díaz defendió que en ningún caso se
disparó en la valla fronteriza, contra lo que se dijo
inicialmente, ni dentro del agua ya que, según manifestó,
“las embarcaciones semirrigidas de la Guardia Civil no
disponen de ese material”.
Respuesta “congruente”
El ministro justificó el uso de material antidisturbios como
la respuesta “congruente” ante la actitud “beligerante”
mostrada por los inmigrantes, aunque puntualizó que “se usó
la fuerza imprescindible y con carácter siempre disuasorio”.
“En ningún momento el objetivo del uso de los medios en la
mar fue alcanzar a los inmigrantes sino hacer visible una
barrera disuasoria y se dieron expresamente las oportunas
directrices”, manifestó para explicar que cuando los
extranjeros se acercaron “se dio la orden tajante e
inmediata de cesar el lanzamiento de medios para no poner en
peligro” a estas personas.
Tras explicar la actuación, el ministro aseguró que “no
consta que se produjera lesionado ni víctima alguna” en la
playa del Tarajal y señaló que las once muertes confirmadas
hasta el momento de su declaración se produjeron en zona
marroquí, por lo que para él la responsabilidad es del país
vecino y no de España. Además, Fernández Díaz se valió del
resultado de las autopsias practicadas a los dos primeros
cadáveres encontrados en Ceuta para manifestar que sus
cuerpos no presentan “signos de violencia”. “Todo confirma
que la causa probable fuera el ahogamiento derivado de la
avalancha humana que llevó a los inmigrantes a la mar sin
que haya relación causa efecto entre el empleo de material
antidisturbios por parte de la Guardia Civil y dichos
ahogamientos”, puntualizó.
No hubo omisión de auxilio
Asimismo, Fernández Díaz defendió que en ningún momento hubo
omisión de auxilio por parte de las autoridades españolas.
“En todo momento, dos embarcaciones del servicio civil
marítimo de la Guardia Civil controlaban el movimiento de
los inmigrantes por si fuera necesario prestarles ayuda para
rescatarlos cuando estaban en aguas españolas”, afirmó.
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Los agentes marcaron la “línea imaginaria” de la frontera en
la orilla
Fernández Díaz aseguró que 23
inmigrantes llegaron hasta la playa y que fueron rechazados
por los agentes para entregarlos a las fuerzas marroquíes.
El ministro explicó que esto no corresponde a una
“devolución en caliente”, como así lo han denunciado, porque
estas personas “técnicamente no habían entrado en España”.
Según el responsable de Interior, no se puede establecer una
frontera imaginaria en el mar y por eso, la Guardia Civil
trasladó esta “línea imaginaria” a la orilla de la playa,
formando un cordón de agentes, que marcaban la entrada en
España. Una práctica que el ministro aseguró que es habitual
en Ceuta y Melilla, donde la ley “no se puede aplicar de la
misma forma”.
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