Hartos ya de la situación que sufren, de que las autoridades
les mientan y, sobre todo, de comprobar como el volumen de
venta de sus negocios va cada vez a menos, los empresarios
de los cuatro polígonos del Tarajal dijeron ayer ¡Basta ya¡
Los empresarios no aguantan más y están dispuestos a llevar
el asunto hasta donde haga falta. Ayer, en la reunión
mantenida en el salón de la comunidad de propietarios, unos
cien acordaron cerrar sus negocios y realizar acciones de
protestas de manera contundente, ya que, como la definió uno
de lo asistentes, la situación es totalmente inaguantable.
Los cierres y las acciones a realizar quedaron en secreto,
ya que en la reunión se eligieron a tres personas que serán
las encargadas de planificarlas y fijar las fechas para
llevarlas a cabo. Es evidente que los empresarios están
dispuestos a presionar por sorpresa y lo que haga falta para
que sus problemas queden de una vez solucionados.
La tensión se palpaba en los alrededores del salón en el que
se celebró la reunión y los comerciantes mostraban su
indignación a todos los que quisieran pregunta y escuchar.
Entre ellos hablaban nada más que de una cuestión, la de hay
que acabar con esta situación cuanto antes y de una vez por
todas.
En la mesa, cinco personas trataban de poner orden en la
sala, pero fue el secretario del polígono de La Chimenea el
encargado de pedir a los compañeros que guardaran silencio
para que Ramesh Chandiramani, presidente del mismo polígono,
comenzase a relatar a los asistentes todo el contenido de
las reuniones mantenidas con el delegado del Gobierno y sus
asesores.
El relato del presidente fue muy contundente y de sus
palabras se pudo entender que es que en la Delegación del
Gobierno, en las reuniones, mantenidas fueron totalmente
engañados, hecho que fue corroborado, posteriormente, por el
presidente de la Confederación de Empresarios, Rafael
Montero, en su intervención. Ambos arremetieron con
contudencia contra el delegado y sus asesores.
Críticas al delegado
Según precisó Chandiramani, en las reuniones en la
Delegación se les comentó que los asesores se habían reunido
con responsables de aduanas Marruecos y que estos les habían
dejado claro que el textil no lo iban a dejar de pasar por
el paso fronterizo del Biutz, ya el país vecino tiene que
proteger su industria. Otra cuestión que se les trasladó fue
que ya estaba negociando con el país vecino que concluya los
cuatro metros de acondicionamiento de terreno y derribo de
la pared para la conexión con el nuevo paso del Tarajal II y
las alturas de los bultos, así como que no habría problemas
con los vehículos con mercancías.
Pues todo eso es totalmente falso, se aseguró en la reunión,
ya que según las explicaciones dadas, nada de ello se está
cumpliendo y, además, se puso especial hincapié en que no
sólo se registran los vehículos, si no que la Policía
Nacional lo hace a la entrada y salida de los polígonos del
Tarajal.
Los empresarios interrumpieron para mostrar su indignación,
dejando claro que después de la última reunión con el
delegado y sus asesores todo ha ido a peor, “no paran de
denunciar”, refiriéndose a la Guardia Civil, incluso se
habló “de los tiros” e, incluso de “secuestros exprés”.
Denuncias muy fuertes. También se denunciaron las colas,
“que son de dos o tres horas y, además, a los clientes les
quitan los artículos”.
“No voy más”
Chandiramani fue concluyente al acusar al “delegado de
mentir”, espetando a renglón seguido “que no voy más a una
reunión”.
El discurso se cortó cuando empezaron a tomar la palabra los
empresarios asistentes a la reunión, que realizaron algunas
propuestas para hacer presión. Así, uno de los presentes
dijo que lo que había que hacer es ir a Madrid a denunciar
“todo lo que no está pasando aquí”.
Otro de los asistentes interrogó a la mesa sobre si al ser
el polígono privado se podían quitar las puertas que dan
acceso al mismo, así como la denuncia que los que pasan los
bultos son los colaboradores, a los que la Policía no les
dice nada y si a la Policía le da las órdenes la Delegación,
“qué podemos pensar”.
Decisión
Las voces fueron acalladas por la presidencia del acto,
sobre todo cuando uno de los asistentes dijo con autoridad
que allí se había ido para tomar una decisión.
Fue entonces cuando se puso encima de la mesa la propuesta
que al final fue la que resultó aprobada por todos los
asistentes con una abrumadora mayoría. Cerrar las naves del
Tarajal en señal de protesta y además llevar a cabo otro
tipo de acciones, algunas, incluso, más contundentes, como
fue la de cortar el paso de la frontera del Tarajal o la de
una marcha hasta la Delegación con el fin de protestar en
las puertas del edificio de la Plaza de los Reyes.
Desde la mesa se dijo que lo importante era estudiar las
acciones profundamente, dejando claro que todo sería de
manera pacífica. Pero el hartazgo de los comerciantes de los
polígonos se puso de manifiesto, sobre todo cuando llegó la
hora de la votación. La mayoría votó a favor del cierre y
por las protestas, aunque dejando muy claro que todo lo van
a llevar con el mayor de los secretos de cara lograr la
mayor efectividad.
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