El Ceuta intensificó el trabajo de ayer con una dura sesión
de entrenamiento dividida en dos partes. Con el encuentro
frente al San Roque el sábado, el equipo tuvo que
adelantarse el partidillo habitual de los jueves, acortando
tanto su duración con el terreno de juego.
El entrenamiento comenzó con un primer trabajo con balón. La
plantilla se dividió en tres grupos y trabajaron sobre todo
los aspectos de control y presión sobre la pelota. Garrido y
Pablo Antón iniciaron la sesión trabajando en solitario,
mientras que Perita, que mantiene sus molestias en el pubis,
continuó trabajando en solitario para no forzar.
Ismael, por su parte, trabajó con el resto del grupo, por lo
que con casi total seguridad llegará sin problemas a la cita
del sábado tras jugar ‘tocado’ frente al Pozoblanco. Borja
Gil, mientras tanto, también trabajó con el equipo tras ser
baja en el último partido, por lo que también confía en
estar disponible frente al San Roque.
Tras una hora de entrenamiento, la plantilla continuó
dividida en tres equipos para disputar un partidillo en un
campo más reducido de lo normal. Mientras que dos equipos se
enfrentaban sobre el terreno de juego, el tercer combinado
servía de apoyo para comenzar su actuación poco después.
De esta forma, José Antonio Asián tampoco dio pistas a su
próximo rival ni mostró cuál podría ser el posible once
inicial que jugará de inicio este sábado. La plantilla ha
vuelto a ser citada esta tarde para llevar a cabo una nueva
sesión de entrenamiento en el Alfonso Murube, mientras que
el viernes, último día antes de la cita con el San Roque,
realizará una sesión algo más suave para que los jugadores
lleguen en las mejores condiciones posibles.
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