Pese a que estamos en la resaca del pleno de los
Presupuestos, el asunto de las obras de remodelación del
Paseo de la Marina continúa siendo el punto de debate de
políticos y ciudadanos. Los primeros, después de dejar claro
sus posicionamiento preliminar en la sesión plenaria, se
citan para afrontar la segunda, que será en la que las
cuentas públicas quedarán definitivamente aprobadas.
Mientras, los ciudadanos utilizan su mejor arma, las redes
sociales, para difundir sus opiniones.
El debate ha quedado servido y dos días después del pleno de
los Presupuestos, el asunto más discutido continúa siendo el
de las obras de remodelación de la Marina, una zona que a
juicio del Gobierno local, está destinada al disfrute común
de todos los ceutíes.
Tras modificar el sistema de concurso por subasta al objeto
de que se haga la obra con independencia del procedimiento
utilizado, el Gobierno ve como muchos ciudadanos utilizan
las redes sociales para mostrar su disconformidad con las
obras, a pesar de que el portavoz del Gobierno, Emilio
Carreira, dijese en el pleno que “no tenemos nada que
esconder ni ningún interés más allá de que se haga una obra
beneficiosa para Ceuta. Sumar iniciativas para mejorar”.
Pero no solamente fue Carreira el que tuvo que salir a la
palestra, ya que antes de la sesión plenaria, Susana Román,
en una muy bien pensada estrategia, restó importancia al
recurso presentado por Caballas, aunque realmente de poco
sirvió. El debate ya estaba servido.
Los socialistas argumentaron que la Marina se lleva un 76%
del presupuesto GIUCE. El plan de inversiones no aparece
dotado para 2014. 44 millones, 28,6 corresponden al Campus y
4 a la Marina, el 72% de las inversiones computadas para
2014. El Campus y la Marina es el grueso, a pesar de las
muchas necesidades que se necesitan en infraestructuras
Carracao solicitó una apuesta por la estrategia de
desarrollo de la ciudad, más allá del proyecto de la Marina.
Juan Luis Aróstegui fue más allá y dijo que en 2014, dejando
al margen el préstamo del Campus Universitario y los retales
de la Puerta Califal (300.000 euros) calles adyacentes del
Campus; en barriadas 4 millones y suman el presupuesto de
Obimace, y no existe. Esto para el de Caballas no es
inversión sino mantenimiento.
En cuanto a barriadas dos millones, es una partida genérica
y no se dice ni qué ni donde se va a actuar.
Pero como el resto, se volvió al debate de la Marina. El
argumento fue demoledor; “lo que si aparece con nitidez es
la inversión en la Marina, tanta que está en fase de
contratación. Esta es la inversión que tiene prevista el
Gobierno local”.
La ironía estuvo presente cuando dijo que se esfuerzan mucho
en llevar cinco páginas en el periódico en los últimos cinco
días con el fin de intentar convencer a los ciudadanos de
que el proyecto es maravilloso. Tanto que en unos días nos
vemos poniendo los ladrillos en la Marina.
Para el de Caballas, la maquinaria de propaganda
gubernamental está preparada, aunque podrán inundarnos con
sus medios de comunicación generosamente pagados con fondos
públicos, pero no podrán cambiar una realidad que en las
barriadas saben que hay carencias.
La gente se siente engañada, traicionada y abandonada. Eso
la gente lo sabe, lo ve y lo entiende. No van a conseguir
cambiarlo con cuatro titulares de prensa. Vamos a intentar
convencerles de que no sigan con la obra. Nos parece que
tiene un valor simbólico. No se puede tener una ciudad con
sectores de la población pasándolo mal, ya que eso no se
tapa con el lujo y el boato, aunque le guste a todo el
mundo.
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