El crisantemo es la flor por excelencia del Día de Todos los
Santos y ayer, como cada año, se podían ver por todos los
rincones del Cementerio de Santa Catalina. Sin embargo, para
muchos se ha convertido en “la flor de los muertos” y, por
ello, las generaciones más jóvenes prefieren llevar a sus
difuntos clavellinas o margaritas. A las puertas del campo
santo ceutí, el responsable de la Floristería Lara,
comentaba como este año las clavellinas y claveles han sido
las flores más reclamadas.
Todos los nichos estaban relucientes en este 1 de noviembre
en el que los ceutíes no dejaron de recordar a sus difuntos.
Algunos dedicaron palabras cariñosas a aquellos que ya no
están mientras limpiaban con mucho esmero sus sepulturas,
para colocar flores con las que mostrar que su recuerdo
sigue vivo. Mayores y pequeños acudieron a Santa Catalina,
como es tradición en este día, para compartir un momento con
sus difuntos.
El Día de Todos los Santos conmemora la vida de todos los
santos conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV,
para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos
durante el año por parte de los fieles. Los ceutíes han
tomado tiempo este año para llevar flores a sus difuntos y
conmemorar este día. Los ciudadanos, alentados por el buen
tiempo, han acudido desde principios de semana hasta Santa
Catalina para preparar los nichos de sus seres queridos.
Todo con el objetivo de que ayer en el cementerio se notara
que era un día especial.
En la jornada de ayer, muchos de los que visitaron Santa
Catalina no se quisieron marchar del cementerio sin pasar
antes a dejar una flor a los pies del monumento de Antonio
Sánchez Prado. “Es el mejor alcalde que ha tenido Ceuta”,
decía una mujer que reconocía como cada vez que va al campo
santo deja una flor a Sánchez Prado. Y es que, esta es una
fiesta de culto a los que ya no están, personajes conocidos,
abuelos, tíos y padres. Pero además, es tiempo de
recogimiento, en el que las familias también encienden velas
en casa por sus difuntos.
Con el Día de Todos los Santos también llega el invierno y
con el, recuerdos de los que no están. Los mayores muestran
el respeto a aquellos que les llevaron de la mano por el
camino de la vida y un día se tuvieron que marchar. Para los
jóvenes, esta tradición aún queda lejos y son pocos los que
acuden al cementerio en este día si no es de la mano de sus
abuelos o padres. No obstante, todos saben que esta es una
jornada especial, marcada por los recuerdos, pero sobre todo
por las flores que dan color a estos.
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