¿Sabías que el 70% de las nuevas oportunidades laborales se
consiguen a través de conocidos? Algo muy similar sucede con
proyectos, socios, clientes… buena parte de ellos llegan a
través de referencias y contactos. Es por ello que se dice
que ya no es tan importante el conocimiento que uno posea
como las personas que conoce y/o confían en él, y esto es
cierto. Mientras que factores como los conocimientos, la
experiencia, etc. suman a la valía de un profesional, el
networking multiplica esa valía e incrementa las
oportunidades.
¿Qué se necesita para cultivar tu red de contactos? En
primer lugar, una actitud correcta, basada en la curiosidad,
la autoconfianza, las habilidades de comunicación… y, sobre
todo, en la vocación de aportar a los demás. El secreto del
networking está basado en la reciprocidad y en saber
priorizar el ‘nosotros’ frente al ‘yo’, las relaciones a
largo plazo frente a los objetivos personales. El networking
auténtico busca formas de ayudar a los demás a conseguir su
éxito y en la medida en la que se es capaz de aportar valor
a otros, uno se convierte en un profesional de interés, que
merece la pena conocer y tener cerca. Y en segundo lugar,
planificación. El networking exitoso no es un ejercicio de
improvisación sino de planificación consciente que parte de
preguntas como: ¿qué te gustaría conseguir?, ¿qué y a quién
necesitas para ello? y ¿cómo lo vas a hacer?
Las opciones para conocer gente nueva son infinitas:
eventos, reuniones, comidas, asociaciones y foros
profesionales, redes profesionales y sociales, aficiones...
Únicamente depende de ti, de los objetivos que te marques y
el tiempo que le dediques a materializarlos; cuanto más
inviertas en ello, más recibirás. Puedes hacerlo…y debes
hacerlo. Conviértelo en una de tus señas de identidad
profesional y pronto comprobarás que se trata de una
inversión absolutamente segura.
*Profesor de Creación de Empresa en ENME
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