Los estudiantes se han visto sorprendidos porque a la
hora de instalarse en la Residencia del Campus
Universitario, las habitaciones sólo cuentan con camas y
armarios, como si aquéllos que han de vivir durante todo un
curso escolar, no tuvieran que comer o lavarse la ropa o,
alguien pensara que habían de comer a diario de restaurante.
Las anomalías en las instalaciones del nuevo campus
universitariono sólo ha llevado al Comité de Empresa del
Profesorado de la Universidad de Granada a elevar una queja
formal y pedir explicaciones como ayer recogíamos en
nuestras páginas. En concreto, han fallado las conexiones de
fibra óptica, las comunicaciones multifunción de las clases,
que no se habían previsto, y la conexión Wifi, que tampoco
se había previsto.
Pero es que, además, los estudiantes se han visto
sorprendidos porque a la hora de instalarse en la
Residencia, las habitaciones sólo cuentan con camas y
armarios, como si aquéllos que han de vivir durante todo un
curso escolar, no tuvieran que comer o lavarse la ropa o,
alguien pensara que habían de comer a diario de restaurante.
Esta situación tan sorprendente como poco previsora, ha
llevado a realizar, contrarreloj, una serie de obras
complementarias que palien esta anomalía, procediendo a
construir dos cuartos en los que se instalen cocinas y
lavandería, para que los estudiantes dispongan, al menos, de
una zona común en la que realizar sus comidas y lavar sus
ropas.
En opinión de los profesores, una vez que se confeccionó el
proyecto de obras, debió reunirse a los docentes para
conocer las necesidades técnicas y así evitar los
sobresaltos actuales, ya que se necesitaban “cocinas y
pequeños offices” para facilitar las comidas de los
estudiantes. Además, la cafetería tampoco ha funcionado
aunque ya está adjudicada y, al igual que la Residencia de
Estudiantes, son servicios externalizados. Una Residencia de
Estudiantes con 160 habitaciones por un precio individual de
260 euros mensuales, que tendría que resultar pequeña para
la capacidad que sería necesaria en cuanto al alojamiento.
Por otra parte, en el inicio del traslado, quienes
comenzaban a ocupar las diversas dependencias, se vieron
desagradablemente sorprendidos, por el calor, ya que en
pleno verano, tampoco funcionaba el aire acondicionado.
Hecho que ya parece resuelto.
Otro inconveniente fue la cuestión de las conexiones, que
impedía a los profesores realizar ningún tipo de consulta de
actas, como tampoco la secretaría podía efectuar
matriculaciones, lo que llevó a los profesores a trabajar en
su propio domicilio lo que habría de haber desarrollado en
sus propios despachos.
Esta anómala situación llevó esta pasada semana a los
docentes a pedir explicaciones al decanato, quienes les dijo
que los constructores no habían seguido el protocolo que le
habían marcado los técnicos en comunicaciones de la
Universidad de Granada. Deficiencias que, como nos dicen los
profesores “se están solucionando ya a toda pastilla”, a la
vez que también indican que había puesto mucho interés Juan
Vivas en las obras del campus, pero lo cierto es que “unos
por otros, la casa sin barrer”, en referencia a las anomalía
detectadas.
Los profesores entienden que hay cuestiones esenciales que
resultan tan básicas que no pueden faltar, con independencia
de los pequeños desajustes que pudieran darse en una obra
nueva. Y en este caso, se refieren a que la red de
comunicaciones no estuviera correctamente. El fallo en la
red de fibra óptica era de órdago, la imposibilidad de
utilizar la telefonía móvil todavía persiste al igual que la
telefonía fija, el wifi no está ni previsto y para la
telefonía móvil se requiere una torre de amplificación que
se encargo a la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Las clases no pueden funcionar sin la tecnología por las
deficiencias en todas las conexiones ya que no se había
previsto. De manera, que un nuevo edificio, con las últimas
tecnologías, resultaba que la Unión Temporal de Empresas
(UTE) que derivó en múltiples subcontratas, ha originado tal
desbarajuste, que han ido surgiendo anomalías de todas
clases. La sensación que hay entre los docentes es que “han
dejado todo para el final”, cuando el próximo día 23 de este
mes se inician oficialmente las clases del nuevo curso
2013-2014.
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