Esa es la cuestión que enfrenta en número pequeño pero
creciente de musulmanes que celebran el mes del Ramadán en
el extremo norte de Europa, donde el sol apenas se sumerge
en el horizonte en esta época del año. En Rovaniemi, una
ciudad en el norte de Finlandia dentro del Círculo Polar
Artico, el sol se levanta a eso de las 3.20 de la mañana y
se pone a las 11.20 de la noche. Eso significa que los
musulmanes que cumplen con el ayuno del Ramadán podrían
tener que pasarse unas 20 horas sin alimentos ni bebidas.
“Debemos emplear el sentido común”, conjeturó Mahmud Said,
de 27 años, que llegó a la Laponia finlandesa desde Kenia
hace tres años. Para Said, eso significa seguir las horas de
ayuno del país musulmán más cercano, en este caso Turquía.
“Involucra 14 ó 15 horas de ayuno, lo que no está mal”, dijo
Said, que trabaja para una organización no gubernamental que
ayuda a los inmigrantes a radicarse en el área. Calcula que
hay un poco más de 100 musulmanes en Rovaniemi,
principalmente de Irak, Somalia y Afganistán.
No hay unanimidad acerca de cómo lidiar con esta cuestión,
que se está haciendo más acuciante a medida que más
inmigrantes musulmanes llegan a zonas escasamente habitadas
cerca del Artico. En Alaska, el Centro de la Comunidad
Islámica de Anchorage, “después de consultar con expertos”,
aconseja a los musulmanes a seguir las horas de ayuno de La
Meca, la ciudad más sagrada del Islam.
|