El escritor Mario Vargas Llosa recibió ayer, en el
Auditorio del Revellín, el Premio Convivencia. En su
discurso aludió a una pregunta realizada por EL PUEBLO un
día antes y a la que entonces no supo qué contestar: “Le van
a dar un premio por la convivencia. En su opinión, ¿qué es
lo que usted ha hecho por la convivencia? ¿Se ha planteado
donar los 30.000 euros [con los que está dotado el galardón]
a una ONG?”. Ayer, ante un público entregado, reconoció que
lo que pensó como respuesta es: “Señorita, su perplejidad es
la mía’. No sé por qué me lo han dado”. Quiere pensar, dice,
que “no es sólo por la generosidad ceutí”.
“Ayer se me acercó una periodista y me preguntó, de una
manera un poco abrupta, ‘¿Por qué le han dado a usted el
premio de la convivencia?’ Y no alcancé a decirle, pero
pensé: ‘Señorita, su perplejidad es la mía’. No sé por qué
me lo han dado”.
El escritor Mario Vargas Llosa recibió ayer en el Auditorio
del Revellín el Premio Convivencia, en su XIV edición, y en
su discurso aludió a la pregunta realizada por EL PUEBLO,
que tal como publicaba este medio en su edición de ayer,
concretamente era: “Le van a dar un premio por la
convivencia. En su opinión, ¿qué es lo que usted ha hecho
por la convivencia? ¿Se ha planteado donar los 30.000 euros
[con los que está dotado el galardón] a una ONG?”. Tal como
el escritor reconocía ayer, a lo primero no supo qué
contestar, así que optó por definir, a su modo de ver, qué
es la convivencia. A lo segundo dijo que consideraba
“prematuro” empezar a “pensar” qué hará con el dinero
entregado por los ciudadanos ceutíes.
Por eso ayer, el Nobel de Literatura quiso contestar a lo
que no había sabido responder el día anterior, y afirmó:
“Quisiera creer que me lo han dado no sólo por la
generosidad ceutí, de la que tengo tantas pruebas, sino
porque, tal vez, y cuánto desearía que fuera así, la obra
que llevo escrita, mis novelas y artículos, de alguna manera
están impregnados de esa idea de convivir en la diversidad,
una manifestación del progreso y de la civilización, y una
manera de lucha contra la barbarie”. “Y si no fuera así”, el
escritor matizó que lo haría “a partir de ahora”, porque es
“consciente de que este premio conlleva una
responsabilidad”.
Palabras de Vivas y Deu
Con la alocución de Vargas Llosa concluyó un acto que duró
una hora y media y en el que, presentado por Susana Hevia,
se proyectaron videos en los que latinoamericanos residentes
en Ceuta felicitaron al escritor y en los que se recordaron
“los hitos” que han marcado la existencia del escritor.
Durante el acto, un grupo de bailarines realizó una danza
popular típica peruana.
Además de Vargas Llosa, pronunciaron discursos la consejera
de Educación, Cultura y Mujer, y presidenta de la Fundación
Premio Convivencia, Mabel Deu, y el presidente de la Ciudad,
Juan Vivas. El presidente, que defendió las “dotes de
artista genial” del escritor, confesó ser: “Un fan más entre
los millones que formamos el club”. La consejera tampoco
contuvo los elogios y reconoció que para ella era “un gozo”
comprobar “el extraordinario universo” que, en opinión de
Deu, convierte a Vargas Llosa en “un ser de esos tan
imprescindibles como para hacer de los mortales una estirpe
única o más que eso, diferente”. “Una diferencia -continuó-
que elevaría sin duda la condición humana de todas y todos
cuantos compartimos vida en este planeta”. No era, decía la
consejera, “adulación gratuita”.
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“Méritos suficientes” para este galardón o... “para
cualquier premio”
Para el presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, Mario Vargas Llosa tiene “méritos suficientes
para el Premio Convivencia y para cualquier premio”. Así lo
aseguró tras acompañar al escritor mientras este firmaba en
el Libro de Honor de la Ciudad, un “manuscrito” que, según
Vivas, “revaloriza” el libro. La dedicatoria que Vargas
Llosa dejó escrita fue: “Agradezco a la antigua y bella
ciudad de Ceuta recibirme con tanto cariño y hospitalidad.
Las horas que llevo aquí han bastado para admirar el rico
patrimonio histórico y la elegancia de Ceuta, que con sus
distintas comunidades religiosas y culturales conviven
pacíficamente por la colaboración y la tolerancia
recíprocas. Ceuta es un ejemplo de civilización para el
mundo entero. Hago votos por su prosperidad y me llevo un
recuerdo de Ceuta que me acompañara siempre”.
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