La reordenación del tráfico en el tramo final de la N-352
y en la rotonda de acceso a la frontera ha cogido por
sopresa a muchos conductores. Sin embargo, a pesar de los
problemas inciales por el cambio de costumbres como la de
parar en la zona de los cambistas, la Guardia Civil
considera que las modificaciones han sido para bien y evitan
que haya colas “hasta Juan XXIII”.
La nueva distribución del tráfico y la apertura de un tercer
carril desde la Almadraba hasta el paso fronterizo del
Tarajal ha logrado el propósito de evitar grandes
retenciones durante la Operación Paso del Estrecho (OPE).
Así lo señalan desde la oficina de comunicación de la
Comandancia de la Guardia Civil, cuyos agentes han sido
desde el pasado día 11, los encargados de informar, advertir
y, en su caso, multar a los conductores en el proceso de
adaptación a las nuevas normas de tránsito en el último
kilómetro de esta carretera nacional.
El tercer carril en este último tramo de la N-352, con
reserva para los servicios públicos y desvío a Loma Colmenar
y el Príncipe, se abrió con la intención de separar el
tráfico a la frontera del que circula en dirección a estas
dos zonas, así como de facilitar el acceso de autobuses y
taxis. Según la Guardia Civil, desde su apertura, poco antes
del comienzo de la OPE, no se han producido las colas que en
ocasiones han llegado a colapsar el tráfico hasta la zona de
Juan XXIII, recuerdan. “Cuando ha habido alguna cola, ha
llegado como mucho al cruce del hospital”, destacan las
mismas fuentes.
Las normas establecidas restringen totalmente la posibilidad
de estacionar y parar tanto en el último tramo de carretera
como en la rotonda de acceso a la frontera, donde hasta la
fecha era por ejemplo habitual ver pararse a vehículos en el
arcén situado junto a los comercios de la zona, donde aún se
apostan algunos cambistas.
Ahora está prohibido, tanto el cambio de carril, separado
por raya continua hasta el final, como el estacionamiento y
parada por cualquier motivo, incluido recoger y dejar
personas, “y si se para, sólo puede ser en los casos que
contempla la ley de seguridad vial, por una emergencia o una
avería y con la correspondiente señalización”, indican desde
la Guardia Civil.
Estos cambios, que suponen una ruptura total con la
costumbre de parar o estacionar en este tramo de la
carretera nacional y en la propia frontera, han cogido por
sorpresa a algunos conductores, pero por parte de la Guardia
Civil se señala que estas restricciones son la única forma
de garantizar la fluidez en la frontera.
Sin embargo, a pesar de estos cambios en el lado español, el
hecho de que en el marroquí se estén construyendo seis
carriles en cada sentido de circulación genera ahora algunas
colas puntuales en dirección a Ceuta, en concreto en los
momentos en los que los carriles de aceso a la ciudad, tanto
de control de documentación del CNP como de aduana en el
caso de la Guardia Civil, se reducen a dos. Este efecto
“embudo”, que según la benemérita no es habitual, se
corregirá, advierten, con la reforma prevista en la
frontera, para la que no hay anunciada aún fecha de inicio.
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