El secretario autonómico en Andalucía de la Unión Federal
de Policía (UFP), Víctor Duque, participó la semana pasada
en las jornadas organizadas por la UFP ceutí en el Hotel
Parador la Muralla en colaboración con la Asociación para el
Estudio de la Seguridad y la Defensa Pública ‘Gil de
Bernabé’. Duque se refirió a los apedreamientos que se
registran en la barriada del Príncipe, que no sólo son hacia
los coches policiales, sino al resto de servicios que
intentan entrar al barrio. Además, considera en esta
entrevista con EL PUEBLO que la barriada se ha convertido en
un ‘gueto’ “interesado por una parte de los propios
habitantes” de la zona.
Pregunta.- ¿Qué valoración hace de las jornadas de la
Unión Federal de Policía sobre el presente y futuro de Ceuta
y Melilla?
Respuesta.- El análisis principal que hago de las jornadas
es que en principio veníamos a hablar de problemas de
seguridad en la ciudad y la conclusión que he sacado es que
Ceuta está dentro de los parámetros estadísticos de una
ciudad de su tipología y que lo que realmente existe y fluye
en el sentir de esta sociedad es un problema serio de
convivencia entre dos culturas y dos formas de ver la vida.
P.- ¿Cree que hay alguna solución a estos problemas de
convivencia a los que se refiere? ¿Cuáles considera que
serían las medidas necesarias para solucionarlos?
R.- En primer lugar, al Cuerpo Nacional de Policía no le
corresponde tomar las determinaciones sociales, educativas,
formativas, que pudiesen paliar este tipo de problemas. Algo
muy serio debe estar pasando cuando llevamos hablando de la
problemática de esta convivencia desde hace muchos años y
cada año además hay una escalada y se acentúan esos
problemas. Fundamentalmente, aunque todo se quiera achacar
al problema del paro, existe otro problema en la propia
idiosincrasia del ceutí, del caballa, que hace inviable la
integración de una parte de su sociedad en la otra.
P.- Durante la segunda mesa de las jornadas hizo unas
reflexiones acerca de la situación de la barriada del
Príncipe y respondía a las declaraciones realizadas por el
vicepresidente de la asociación de vecinos acerca del tejido
asociativo, ¿cree que los representantes vecinales dieron a
entender que los residentes del barrio son ‘víctimas’ de la
Policía Nacional?
R.- Ayer quise poner el acento en el mensaje que lanzaba su
vicepresidente, Ahmed Enfeddal. Desde los movimientos
asociativos hay que mandar unos mensajes muy medidos y con
mucha responsabilidad. Venir a un foro de este tipo y
justificar el apedreamiento de coches policiales cuando
además no es cierto, porque no solamente son coches
policiales, sino que se apedrea a todos aquellos servicios
públicos que intentan acceder a la barriada... justificar
eso es muy peligroso desde el movimiento asociativo. Es muy
peligroso y una irresponsabilidad manifiesta.
P.- ¿Cómo considera que podrían evitarse los principales
problemas del Príncipe a los que se refirió el presidente de
la asociación vecinal? También se habló en la jornada de una
posible “islamización” en la barriada...
R.- No tengo ninguna duda de que este proceso de
islamización está latente y está en pleno desarrollo. Querer
justificar toda la problemática del Príncipe en que está
siendo un sector de la sociedad ceutí que está siendo
duramente reprimido por agentes del Cuerpo Nacional de
Policía, de la Guardia Civil o por cualquier ente de
seguridad, es aventurado y no se ajusta a la realidad. Es
cierto que desde el exterior da la sensación de que el
Príncipe es un ‘gueto’ pero no es un ‘gueto’ fabricado por
la otra parte de la sociedad. Creo que es un ‘gueto’
interesado por una parte importante de los propios
habitantes de ese barrio y que tiene una finalidad. Esa
finalidad puede ser sustraerse a las normas convencionales
de educación y convivencia de la otra gran parte de la
sociedad ceutí.
P.- Por otro lado, usted también ha considerado que la
cooperación policial transfronteriza es “desleal”, ¿por qué?
R.- Es desleal porque España ha puesto toda la carne en el
asador para hacer una cooperación efectiva y nos han
engañado. Hemos sido muy respetuosos con esos acuerdos,
firmados al máximo nivel a través del ministro del Interior
y de su homólogo marroquí. Cuando nosotros solicitamos
informaciones que se contienen en una base de datos -se
puede tardar en hacerlo lo que se tarda en poner las claves
de acceso de los funcionarios que la utilicen-, tardan seis
o siete días para decirnos que no hay información, lo que no
es cierto. Si algo tiene el Gobierno marroquí es un control
escrupuloso, ya no de sus nacionales, sino de todos los que
en alguna ocasión hemos entrado en el país. Lo hacen de
forma individualizada y somos dados de alta en una base de
datos con un número y se sabe cuándo hemos entrado, por qué
frontera, cuándo hemos salido y si lo hemos hecho o no con
coche.
P.- ¿Quiere decir que la corrupción de la Policía
marroquí es elevada?
R.- Con los índices de corrupción de la Policía marroquí no
se está descubriendo absolutamente nada. Es un país en
desarrollo, y sin complejos tenemos que decir que
corresponde al Tercer Mundo y desde luego, para integrarse
en Occidente tendrán que vencer muchas tipologías de este
tipo. Un Gobierno con un nivel y una tasa de corrupción como
la que se presume que tiene ese país es muy difícil que se
integre en el mundo occidental.
P.- ¿Cuáles cree que son los principales problemas que
afectan al Cuerpo Nacional de Policía?
R.- El Cuerpo Nacional de Policía tiene unas carencias
estructurales en Ceuta, tiene unos edificios que están
absolutamente obsoletos. Cuenta con un aumento exponencial
de funcionarios en la plantilla desde la llegada del
Gobierno del PP, pero no se ha correspondido con la
adecuación de las instalaciones. Lo que decía el director es
que ahora mismo es inviable acometer cualquier tipo de
reforma a estas instalaciones, lo cual entiendo.
P.- El director general de la Policía, Ignacio Cosidó,
habló de que se trabaja en los plazos de la futura Jefatura,
¿usted cree viable la construcción de estas instalaciones en
la barriada del Príncipe?
R.- Nosotros no tenemos constancia de que haya ningún
programa ni ningún plan para adecuar las instalaciones que
ya existen, o ampliarlas o adquirir unas nuevas. No existe.
Y por supuesto, las deficiencias son, a parte de
estructurales, son materiales. Hay unas carencias materiales
importantísimas y no basta con tener 600 funcionarios,
también hay que darles herramientas para trabajar.
P.- A nivel sindical, ¿qué opinión le merece Fernando
Guerrero como secretario provincial de UFP en Ceuta?
R.- Desde que Fernando Guerrero, que cuenta con el máximo
apoyo y la confianza de la organización se hizo cargo de la
misma en la ciudad, se ha incrementado el nivel de
afiliados, lo cual se traduce en un aumento de la confianza
de los funcionarios.
P.- ¿Cómo va a ser ese trabajo conjunto entre las
delegaciones de Ceuta y Andalucía?
R.- Nosotros, antes de todo, hemos sido amigos, después
policías y ahora sindicalistas y eso se va a traducir en la
colaboración.
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