Los personajes en una historia pueden ser de dos clases:
planos, los que no varían a lo largo de la historia y los
redondos, que intenta parecerse a un ser humano, y sobre el
que hay que hacer una buena ficha, porque es mucho más
complejo y difícil.
El personaje plano es el gran desconocido, evoluciona de la
misma manera. En cuanto al personaje principal y el
secundario, surgen del personaje redondo, gira la acción
sobre ellos. El personaje secundario matiza, justifica la
profundidad de la historia por si misma. Puso como ejemplo
El Quijote con dos personajes principales y situó a Alfonso
X como el primer personaje redondo de la historia.
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