En “materia estricta de seguridad”, el director de la
Policía Nacional, Ignacio Cosidó, habló de la “inestabilidad
que se vive en los países próximos del norte de África” y
que en Ceuta y Melilla se vive “con una especial cercanía”.
En segundo término, se refirió a la inmigración irregular y
destacó que la frontera del Tarajal es una “de las más
transitadas del mundo”. “Todo esto se complica aún más con
el terrorismo yihadista, que supone una amenaza para toda
Europa y naturalmente para España”, destacó.
“Esta situación es complicada, difícil, pero no hay lugar
para el fatalismo, sino lo contrario, hay que afrontarlo con
decisión, adoptar políticas adecuadas y responder a estos
desafíos”, incidió.
“Tenemos en nuestras manos la posibilidad de trabajar para
encontrar las soluciones con las que construir ese futuro
donde prime la cohesión social y la responsabilidad”. Así,
el “papel de la Policía Nacional es relevante en este
desafío”. Cosidó habló durante su discurso de los objetivos.
Después de hablar de la “obligación de mejorar la seguridad
ciudadana” como “primer reto”, Cosidó habló del segundo: la
inmigración irregular. “La presión migratoria sobre las
fronteras de Ceuta y Melilla se ha incluso incrementado”
pero “en Ceuta se está dando una respuesta eficaz a este
reto de la inmigración ilegal”, aseguró.
“Amenaza terrorista”
El director de la Policía habló de un “tercer gran reto”,
que es la amenaza terrorista y recordó las “constantes
referencias” de Al Qaeda a España, y sobre todo, a las
ciudades autónomas. “Esto no debe asustarnos pero sí que hay
que tenerlo en consideración”, incidió. “El riesgo real de
que pueda existir una amenaza terrorista hacen necesario
mantener una alerta permanente”, afirmó y recordó los
últimos atentados ocurridos en Londres y París contra
militares. “Los ciudadanos tienen que saber que la Policía
está trabajando” pero “sin crear alarma social”.
Por último, algo que “preocupa” es el “posible retorno de
combatientes que han ido a zonas de conflicto”, aseveró
Cosidó.
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