En el pasado mes octubre la crisis económica ponía en
peligro la continuidad de Erasmus, uno de los programas
educativos más emblemáticos de la Unión Europea. Faltaban
fondos para liquidar el último trimestre de 2012 y para
financiar 2013. Ambas coyunturas están ya resueltas, si bien
Europa se ha replanteado la continuación de este programa
con un nuevo proyecto: Erasmus for all, orientado a mejorar
la eficiencia y optimizar los recursos, que incluye la
concesión de créditos para estudiantes que quieran realizar
un master en otro país europeo.
El pasado 8 de febrero el Consejo Europeo alcanzaba un
consenso sobre los presupuestos plurianuales de la Unión,
los correspondientes a los años 2014-2020. Tras la reunión,
los jefes de Estado y de Gobierno informaban sobre este
acuerdo calificando su propuesta presupuestaria como de
solidaria y positiva. La canciller alemana, Angela Merkel,
se refirió, entre estos proyectos, a aquellos que están
relacionados con la educación y la investigación, como son
el programa Horizonte 2020 –de investigación e innovación– y
el Erasmus, del que anunció un incremento del 31 por ciento
dentro de un nuevo plan: Erasmus for all.
Sin embargo, este presupuesto aún debe ser ratificado por el
Parlamento Europeo y, a tenor de las reacciones que la
decisión de la Comisión ha provocado en los partidos
mayoritarios de la Eurocámara –conservadores, liberales,
socialistas y verdes– no parece que el tema esté demasiado
cerrado. De hecho, en un comunicado oficial los
parlamentarios señalaban que “vemos con asombro que los
líderes europeos hayan llegado a un acuerdo que nos puede
llevar al déficit estructural. Las amplias diferencias entre
los pagos y los compromisos acumularán los problemas para el
futuro y no resolverán los existentes”, sentenciaban.
‘Deja vu’ financiero
En este contexto, el presidente de la comisión de
Presupuestos de la Eurocámara, Alain Lammasoure, afirmaba
que “la propuesta de la Comisión deja a la Unión Europea
desprovista de toda maniobra presupuestaria durante siete
años y la condenará a actuar siempre con más reclamaciones y
sanciones, en lugar de incentivar y animar”. “El crecimiento
y el empleo serán las primeras víctimas”, matizaba.
Estas palabras pueden recordar a muchos ciudadanos –sobre
todo al colectivo que forma parte de la comunidad
universitaria– a aquellas otras advertencias y declaraciones
realizadas por Lammasoure aprincipios del mes de julio de
2012 y que hacían presagiar los problemas futuros para los
programas sociales y educativos. En aquel momento, cuando
Parlamento y Comisión iniciaban las conversaciones para
negociar los presupuestos de 2013, Alain Lammasoure advertía
que la falta de inversión ponía en riesgo el programa
Erasmus. Y puntualizaba que “ante la previsión de los del
2012, los fondos de cohesión, el Fondo Social Europeo, el
programa Erasmus e, incluso, los programas de aprendizaje en
investigación e innovación se encuentran en peligro”.
Y en octubre –tres meses después de estas afirmaciones–, la
Comisión Europea reconocía que los recortes presupuestarios
de 2012 habían dejado sin dinero para pagar el último
trimestre de las becas Erasmus. Situación de crisis que se
solucionó en diciembre en el marco de la aprobación del
presupuesto comunitario para 2013, ya que la Comisión y el
Parlamento llegaron a un acuerdo para resolver el déficit
del Programa Erasmus –90 millones de euros– y para evitar
sus problemas de financiación para el curso 2013-14.
Recientemente la Comisión Europea (CE) ha pedido 11.225
millones de euros adicionales para el presupuesto europeo de
2013 para, entre otras cosas, poder pagar las facturas
pendientes de programas financiados el año pasado, como las
becas Erasmus.
Lewandowski ha señalado que esta petición de la CE “no puede
venir por sorpresa”, dado que en los últimos años los
presupuestos de la UE han estado cada vez más por debajo de
las necesidades reales calculadas por los propios Estados
miembros, y eso está creando un “efecto de bola de nieve”.
Ese efecto se aprecia en la transferencia de facturas no
pagadas al año siguiente, una “táctica de avestruz” que no
funcionará eternamente, porque retrasar las facturas no las
hace desaparecer.
El programa Erasmus
Permite que estudiantes de educación superior pasen entre
tres y docemeses en otro país europeo para cursar estudios o
para realizar prácticas en una empresa o en otro tipo de
organización. Erasmus forma parte del Programa de
Aprendizaje Permanente de la UE.Estas becas, que están
concebidas para cubrir parte de los gastos que representa
vivir en otro país y los viajes, tienen un coste de 450
millones de euros anuales, un montante que se financia por
tres vías. La primera corresponde a la aportación de la
Unión Europea, y no es igual para todos los países. En el
caso de España, por ejemplo, es de 133 euros mensuales;
aunque la media es de 250 euros. Las diferencias radican en
que la Comisión reparte los fondos en función de los
estudiantes y universitarios que tiene cada país; así como,
de su coste de vida y del éxito del programa en años
anteriores.
La segunda parte corre a cargo de las agencias nacionales y
se orientan a ayudar a los gastos de desplazamiento; tampoco
tienen carácter unitario; dependen de las comunidades
autónomas. Por ejemplo, Cataluña da a cada becado 200 euros;
mientras que Andalucía otorga 272. Y, en tercer lugar, está
la aportación del Ministerio de Educación que para el curso
2012-13, y dependiendo de las solicitudes, estará entre los
100 y 200 euros. Esta última cifra está calculada según el
presupuesto de 2012; ya que, según los nuevos planes del
Ministerio, la cuantía de las becas se verá reducida en un
60 por ciento –21,5 millones de euros–.
A finales de 2013 termina el marco regulatorio del programa
Erasmus y, ante ello, la Comisión Europea se ha planteado su
reformulación con el objetivo de mejorar su eficiencia,
optimizar recursos y fomentar la cooperación entre los
diferentes sectores educativos ligados a los programas de
movilidad.
Bajo la denominación de Erasmus for all, el nuevo programa
se articulará bajo los ejes de movilidad, cooperación e
innovación; e integrará a las actuales siete becas: las que
se encuentran bajo el Programa de Aprendizaje Permanente (“Erasmus”,
para la educación universitaria; “Leonardo da Vinci”, para
la formación profesional; “Comenius” para educación escolar,
y “Grundtvig” para adultos); así como las becas “Juventud en
Acción”, para voluntariado y “Erasmus Mundus”, para
estudiantes y profesores fuera de la UE como los programas
de cooperación bilateral con países industrializados.
Según la Comisión Europea, este ‘nuevo Erasmus’ duplicaría
el número de beneficiarios actuales, alcanzando a casi cinco
millones de ciudadanos. Según la Comisión “habría casi tres
millones de estudiantes de educación superior y de formación
profesional, así como estudiantes de master que también se
beneficiarían a través de un nuevo mecanismo de garantía de
préstamos creado con el Grupo del Banco Europeo de
Inversiones”.
Aún por buen camino –dado que cuenta con la aprobación del
Consejo–, el nuevo proyecto necesita para llegar a buen
término de su aprobación en los próximos meses por parte del
Parlamento Europeo dentro del nuevo marco presupuestario
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