Los antecedentes de las Unidades de aviones blanco
radiodirigidos (ABRD) ligeros en la Artillería Antiaérea se
remontan a 1968, cuando la Jefatura de Artillería del
Ejército y la Escuela de Aplicación y Tiro del Arma
estudiaron las ventajas que supondría para la instrucción
antiaérea disponer de estos aparatos de “fácil
entrenamiento, coste reducido y escasos condicionamientos y
servidumbres de vuelo, que pudieran ser utilizados en
cualquier lugar, sin limitación de zonas”. El brigada
Ernesto Zafra relata estos inicios.
Los primeros ABRD llegaron con “ayuda americana”: unos
cincuenta de los modelos KD2R-5 y OQ-19 B/D, que sirvieron
en la Armada y en el Ejército de Tierra. Como complemento a
los caros blancos “pesados” estadounidenses se construyeron
en España, a principios de los años setenta, 21 Aviones
radiodirigidos ligeros ‘Resopal X-3’, llamados
“cariñosamente por los artilleros, Tarugo”.
Al Grupo Antiaéreo de Ceuta llegaron tres modelos, a los que
se denominaron ‘Hacho, Caballa y Flipper’. Realizaron unos
vuelos “experimentales” que imposibilitaban su uso en Ceuta,
por las condiciones meteorológicas y por la orografía del
terreno. Un modelo evolucionado sería el ‘Resopal Modelo
1973’, pero a medida que iban anticuándose, se fueron
adquiriendo otros.
Hubo intentos fallidos para sustituirlos por parte de
empresas españolas, como ‘Aerokit’, que ofreció al Ejército
de Tierra el ‘Albatros’. Este prototipo fue tomado en 1991
por el INTA, como modelo para fabricar el ‘ALBA’, muy
conocido por los artilleros antiaéreos. Estos avioncitos
comerciales equiparon una Sección de Aviones Ligeros en cada
uno de los Grupos equipados con cañones. Algunas unidades
llegarían a fabricar sus propios modelos, por ejemplo en
1984 el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 72 fabricó el
GI/72.
El despegue en Ceuta
En Ceuta, tras unos años de “inoperatividad”, en 1988, con
otro modelo de avión, el ‘M-60’, se intentó recuperar el
empleo de esta Unidad, pero hubo que esperar hasta 1993,
cuando el teniente coronel Salazar (“verdadero impulsor de
la actual unidad”) consiguió ponerla en funcionamiento,
proporcionando todos los medios necesarios para que el GAAAL
VI no estuviera privado de “tan importante elemento de
simulación”.
Como monitor se solicitó la colaboración del brigada Crespo
del Acuartelamiento FISCER, socio del Club de Aeromodelismo
de Ceuta, quien adiestró en el vuelo de los aeromodelos al
comandante Ángel Fernández y al entonces sargento Zafra, y
les enseñó las nociones básicas de aerodinámica. “Con este
curso y mucha voluntad por parte de la Unidad, se ha logrado
que hoy en día y desde 1994 sin interrupción, se colabore en
la instrucción, tanto de las Baterías Antiaéreas y de la
Sección de misiles MISTRAL, no sólo como avión blanco para
el tiro sino también para ejercicios de localización y
seguimiento radar, contribuyendo como es su finalidad y
misión al adiestramiento de las Unidades Antiaéreas”,
destaca el brigada Zafra.
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