Pocos son los ceutíes que pueden hablar con conocimiento de
causa sobre el mundo de la costalería, el cual se encuentra
actualmente viviendo una de sus horas más bajas debido a la
falta de hombres y mujeres que por devoción a alguna imagen
se acerquen hasta las hermandades para que estas no se
queden encerradas en sus templos y procesionen cada Semana
Santa por las calles de la ciudad. Sufrimiento callado,
llantos, alegrías, pero sobre todo devoción, son algunos de
los sentimientos que cada Estación de Penitencia
experimentan los costaleros cuando se convierten en los pies
y el corazón de sus amantísimos titulares.
La Hermandad Sacramental y Cofradía de Penitencia de Nuestro
Padre Jesús de la Flagelación y María Santísima de la
Caridad afrontará esta tarde una nueva salida procesionial,
pero la Estación de Penitencia de hoy será especial, no sólo
para la hermandad sino también para Salvador Manuel Bolorino
Rodríguez, ‘Bolo’, la voz del paso de misterio de la
Sacramental de la Flagelación, ya que hoy, o más bien
durante los primeros minutos de mañana Jueves Santo, una vez
que el capataz del paso de Nuestro Padre Jesús de la
Flagelación haga sonar el llamador para arriarlo y
pronunciar ‘¡ahí quedó!’, habrá puesto fin a 35 años de
costalería, 35 años de alegrías y tristezas cofrades, 35
años de amor y devoción por sus Titulares vividos desde la
trabajadera y que ahora pasará a vivir desde la intimidad de
una túnica nazarena.
Lo que empezó por una promesa, tras sufrir su padre un
infarto, se convirtió finalmente en una larga estación de
penitencia en la que cada año efectuaba, con ilusiones
renovadas, una nueva ‘chicotá’. Hoy realizará esta ‘última
chicotá’ desde su trabajadera y lo hará acompañado de su
hija menor, Almudena, quien ha querido estar junto a su
padre en este emotivo día y se ha preparado para salir por
primera vez en Semana Santa bajo un paso.
Hoy su mujer Isabel, su hija mayor Caridad (nombre en honor
a María Santísima de la Caridad), y su otra hija Almudena se
unirán a este especial momento y vivirán de forma intensa
esta emotiva jornada.
‘Bolo’, con cerca de 51 años, ha tomado esta siempre difícil
decisión para un costalero que se ha forjado desde la
devoción. Ejemplo dentro y fuera del paso, ha sabido
trasladar la seriedad y el espíritu de la hermandad a todos
y cada uno de los costaleros que con los años se han ido
sumando a la cuadrilla, poniendo al servicio de los demás
toda su sabiduría cofrade, además de saber impulsar y
alentar en los peores momentos del recorrido a todos sus
compañeros.
Hoy se podría decir que ‘Bolo’ pasa a la ‘reserva de la
costalería’, ya que el verdadero costalero, aquel que
prefiere vivir su pasión desde el anonimato, compartiendo
sus sentimientos desde el trabajo sufrido y silencioso desde
una trabajadera, lo es para toda la vida, y aunque desde
mañana vivirá la Semana Santa desde el punto de vista del
nazareno, a buen seguro su corazón siempre estará bajo los
faldones de su paso, junto al resto de la cuadrilla y
dándolo todo para sus Titulares procesionen como se merecen.
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El costalero es.... sentimiento, dolor, sufrimiento,
llanto....
¡Ay! amigo costalero
de la Virgen o del Señor
que con el caminar pausado
nos traes su bendición
Es una lágrima de ella
la sangre de Dios
y en ese llevar silencioso
sólo se escucha el caminar
de suelas de esparto
sacrificio, silencio para rezar,
recogimiento para meditar
Escuchando la “música celestial
de los cimbreos que soportan los varales
“Chicota” tras “Chicotá”.
¡Ay! hermano costalero
eres el caminar del Señor
cuando va por nuestras calles
en busca de nuestro amor.
La Fe de los cristianos
le rezan desde el Corazón.
El Costalero es...
Sentimiento, dolor, sufrimiento, llanto...
Ordena una voz ¡Al cielo!
Al cielo con ilusión,
y es todo bajo el faldón puro
y palpitante anhelo.
Nada se ve tras el Velo
del frágil respiradero.
Es como un espacio austero,
penitencial de clausura,
donde cuida la locura
del amor del costalero.
La cuadrilla costalera
reza con recogimiento.
¡Al Cielo! sí capataz
llame al ¡Cielo!
¡Toca Gloria!
Que para seguir la historia
se siente el verso incapaz
y darnos señor, tu paz
el aliento necesario para saberte llevar
un caminito despacio
que aunque vallas para el calvario
tú resucitarás!!
‘Antonella’
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