El conjunto de muros, puertas y bóvedas en torno a la
Puerta Califal no deja de deparar sorpresas. El valor que ya
se otorgaba a este espacio se acrecienta a medida que avanza
la obra que lo convertirá en un museo. Las últimas
estructuras descubiertas completan, en fechas anteriores al
siglo X, un valioso muestrario de fortificaciones hasta la
época moderna.
El conjunto histórico al que da nombre su elemento
principal, la Puerta Califal, no deja de sorprender. A
medida que avanza la obra, han ido saliendo a la luz nuevas
estruturas cuya acumulación “no hace sino complicarse”. Así
lo subraya el arqueólogo de la Ciudad, Fernando Villada,
quien asegura que aquello que se sabía ya que era
“impresionante”, se ha confirmado “con todas las de la ley”.
EL PUEBLO ha estado en el corazón de la obra, convertida en
una gran excavación arqueológica, donde ha podido comprobar,
como explica el arqueólogo, que la limpieza de las
estructuras murarias y las bóvedas llevada a cabo por la
empresa especializada ‘Chapitel Conservación y Restauración
S.L.’, ha puesto de manifiesto la presencia de muros
anteriores a la época Califal que ya se habían detectado “en
algunos puntos”. Estas nuevas estructuras están situadas
justo frente a la Puerta medieval y no hay seguridad de la
fecha exacta en la que fueron levantados, por lo que han de
ser descritos con la más general definición de tardoantiguos.
Lo que sí se sabe, apunta el arqueólogo, es que son
anteriores al siglo X y posteriores a los siglos II o III.
Este nuevo hito en la investigación del conjunto histórico,
situado en el interior de las Murallas Reales, revela lo
“vital” que ha sido esa zona de la ciudad “en todas las
épocas”.
En cuanto a las nuevas estructuras que se han detectado
durante la excavación, de época califal ha aparecido también
un “quiebro” en el muro que aún no se sabe si corresponde a
una torre o a un cambio de dirección de la fortificación.
También se ha encontrado un suelo en forma de rampa que se
investiga para ver si tiene continuidad.
Todo ello condiciona el diseño del museo en el que se
convertirá este espacio, en primer lugar, la posición de la
escalera por la que, desde la parte superior o adarve de las
Murallas Reales, se descenderá para que los visitantes
puedan “entrar” a la ciudad medieval por la que en su
momento fue su puerta principal.
830 m3 de tierras
Para hacer posible este viaje en el tiempo ha sido necesario
extraer hasta este momento 830 metros cúbicos de tierras,
según explica por su parte el arquitecto técnico e la
empresa adjudicataria de las obras, Jomasa. El director de
la obra y arquitecto municipal, Javier Arnáiz, calcula que
se habrán vaciado ya dos tercios del volumen total. Todo el
material se extrae con la supervisión de la arqueóloga
Cibeles Fernández, de ‘Arqueotectura’, y se criba y chequea
mediante un detector de metales, con una meticulosidad que
ha permitido la recuperación de multitud de materiales de
gran interés para los investigadores.
Visitas didácticas
En breve, un grupo de estudiantes ceutíes serán los primeros
en conocer los entresijos de este espectacular espacio, que
condensa dos milenios de la historia de la ciudad, desde la
época romana a la edad moderna. Este miércoles está prevista
la visita a las obras de alumnos de primer curso de
Bachillerato.
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