El presidente de la Autoridad Portuaria, José Torrado,
destacó el viernes durante el acto de despedida de Carlos
Bengoechea, la “magnífica labor” que el director del CETI
(Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) había hecho a
lo largo de los casi tres años que ha estado al frente de la
institución del Ministerio de Empleo, para favorecer un
clima de “convivencia” en el propio centro. Y es que, tal
como Bengoechea destacó a EL PUEBLO, esa convivencia no es
siempre fácil, por lo que la educación es un aspecto muy
importante de la integración en la sociedad del inmigrante.
Es el caso de un joven argelino que reside en el CETI con la
particularidad de que padece ceguera. El trabajo formativo
del centro ha consistido en explicarles al resto de
inmigrantes que la ceguera es una enfermedad y no, como
muchos de ellos creían, algo maléfico. “Al no tener iris,
los demás inmigrantes que residían en el centro pensaban que
si este hombre les miraba, como tenía el glóbulo blanco, les
daría mal de ojo”, explica Bengoechea.
En este caso, el director del CETI destaca la labor que ha
realizado la Fundación ONCE, quienes le han comprado un
reloj sonoro para que pueda distinguir las franjas horarias,
y un bastón. “La ONCE se ha portado como una verdadera ONG”,
agrega Bengoechea. Además, un técnico de la fundación ha
estado viniendo cada jueves desde Algeciras a Ceuta para
enseñarle a desenvolverse”, explica.
Enfermedades
Otro caso ha sido el de una mujer epiléptica. Los
trabajadores del centro sorprendieron a los compañeros
haciéndole exorcismo para intentar quitarle los malos
espíritus cuando lo que tenía era convulsiones a causa de su
enfermedad. “Tuvimos que explicarles que son causas físicas;
parece increíble pero no hay que olvidar que cada uno viene
con sus raíces y sus costumbres”, apunta Bengoechea, quien
recuerda que el primer ataque le dio a los tres días de
ingresar en el centro.
Religión
Por causas culturales es por lo que estuvo en peligro la
vida de otra residente del CETI. Los trabajadores tuvieron
que proteger en la enfermería a una mujer que se convirtió
del islamismo al cristianismo, lo que provocó la repulsa de
sus compañeros del centro, que intentaron agredirla por esta
causa.
Casas de acogida
Muchas de estas personas son trasladadas a casas de acogida,
una vez se les ha concedido la condición de refugiados.
“Siempre intentamos encontrarles salida”, explica
Bengoechea. “A menudo se apuesta por la integración rural,
actividades agrícolas que ellos conocen muy bien”, apunta el
director del CETI, que cuenta el ejemplo de un convento al
que enviaron a tres inmigrantes para que realizaran labores
de ayuda a estas mujeres, como conducir los coches en sus
desplazamientos a cambio del alojamiento y la manutención.
“La integración fue tan buena que nos pidieron que
mandásemos a dos personas más”, recuerda el director del
centro.
Por todo ello, Bengoechea, destaca el trabajo cooperativo
que realizan en la atención al inmigrante los “tres sectores
de acción social”: administración pública (gestión y
administración), entidades con ánimo de lucro (contratas de
seguridad, limpieza y comida), y organizaciones sin ánimo de
lucro (que desarrollan programas sociales como Cruz Roja con
total autonomía).
“Aunar las tres me ha ilusionado mucho y se ha creado una
gobernanza buena y mutuamente provechosa porque aprendemos
mucho unos de otros”, concluye Bengoechea.
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