El CETI aunó sus esfuerzos durante 2012 para ofrecer una
“imagen positiva” del inmigrante, facilitando de este modo
su integración en la sociedad. Un año que ha estado marcado,
según explica el director del centro, Carlos Bengoechea, por
“importantes hitos”, como celebrar el primer matrimonio
homosexual de la Unión Europea entre dos inmigrantes
refugiadas, conseguir dos órdenes de alejamiento o detectar
casos de ablación femenina. “Hay que huir de esconder al
inmigrante, Ceuta es una zona de frontera entre dos
continentes y el ciudadano debe saber que la inmigración
forma parte de su realidad social”, explica.
La jornada dedicada a África con la muestra de sus
tradiciones, el día del refugiado, la venta de abalorios,
los talleres que promueven la integración o las historias
contadas en primera persona son algunas de las pinceladas
que han perseguido cumplir uno de los principales objetivos
que el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes),
con su director, Carlos Bengoechea, a la cabeza, se puso por
meta para el año 2012: “Ofrecer una imagen positiva del
inmigrante”.
Una intención diversificada en dos líneas de trabajo: por un
lado -tal como explica Bengoechea- “visibilizar” la imagen
de la persona inmigrante de cara a los ceutíes, promoviendo
su integración en la sociedad en la que quieren vivir. Por
otra parte, romper tópicos y mejorar las relaciones entre
los inmigrantes de los diferentes países que conviven en el
CETI. “Buscamos una sensibilización pública”, explica
Bengoechea a EL PUEBLO. “Hay que huir de esconder al
inmigrante, a la ciudad hay que mostrarle su realidad
social, Ceuta es una zona de frontera entre dos continentes;
el ciudadano debe saber que la inmigración forma parte de su
realidad social”, agrega. “Es un aspecto adherido a la
ciudad por su ubicación geográfica, y al mismo tiempo que se
integra al inmigrante, el Gobierno trabaja para que Ceuta
siga teniendo sus señas de identidad propia”, matiza
Bengoechea, quien recuerda que desde la apertura del CETI
han pasado por el centro 22.500 inmigrantes, que el Estado
“ha atendido en todo momento”. “No sólo con una asistencia
básica como la alimentación -explica el director del
centro-, sino con programas sociales y formativos que
promueven su integración en la sociedad y que permiten que
el inmigrante no necesite delinquir. Sólo buscan algunos
trabajos como llevar las bolsas de la compra o aparcar
coches para conseguir un poco de dinero de bolsillo, con el
que pagar, por ejemplo, el teléfono móvil”.
“Importantes hitos”
Además, Bengoechea destaca que el año 2012 ha estado marcado
por “importantes hitos”. Uno de los más llamativos fue que
el CETI promovió el primer matrimonio de la Unión Europea
entre dos personas homosexuales. El Juzgado de Primera
Instancia de Ceuta acogió el 21 de marzo del año pasado la
boda entre Ingrid y Danielle, procedentes de la República
del Congo y de Camerún. Se trataba de la primera boda entre
dos mujeres inmigrantes indocumentadas autorizada en España.
Dos subsaharianas que habían residido en Ceuta desde 2010,
antes de pasar a un CEAR en Getafe (Madrid), en calidad de
refugiadas. “Supuso mucho esfuerzo y un gran trabajo de
integración y jurídico”, explica Bengoeceha, quien contó
entonces con el apoyo de entidades como Cruz Roja,
Intermun2, Mujeres Progresistas o la asociación LGTB ‘Y a ti
qué?’.
“No sólo el trabajo legal, sino también todo lo que supuso
tenerlas durante tanto tiempo en el centro, no fue fácil
teniendo en cuenta la procedencia de sus compañeros, un
mundo tan patriarcal como es el africano en términos
generales”, agrega Bengoeceha.
Otro de los logros del año pasado, tal como informó entonces
EL PUEBLO fue lograr, por primera vez en un centro de
migraciones público en España, y mediante resoluciones
judiciales, dos órdenes de alejamiento o por abuso sexual.
Asimismo, según publicó este medio en su edición del pasado
día 7, uno de los avances de 2012 fue la detección de casos
de mutilación femenina, comprobados por el ginecólogo del
Ingesa. Un trabajo de apoyo que además ha dado como
consecuencia que el Ministerio de Empleo y el de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad designe al CETI de Ceuta como
centro piloto para liderar el trabajo de realización de un
protocolo que permita detectar los casos de ablación entre
las personas que llegan a los centros de migraciones. “El
balance, concluye Bengoechea, es por lo tanto, muy
positivo”.
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