Las demoras en el pago de las facturas de proveedores se
están produciendo incluso cuando el trámite justificativo de
presentar documentación ha sido un hecho y pese a estar el
dinero disponible. Los problemas de los “atascos” sitúan
como máximo reponsable al departamento de Intervención,
cuando en realidad debería velar y hacer cumplir con las
normas que dicta el Ministerio de Hacienda para evitar
arbitrariedades.
Lo proveedores de la Ciudad Autónoma están demostrando
poseer una paciencia infinita ante las demoras en el pago de
sus facturas y a la vez no poca inquietud por conocer el
momento en el que se les liquidaran sus servicios, cuando ya
el trámite justificativo de presentar documentación que
respalden las facturaciones efectuadas han sido un hecho y
pese a estar el dinero disponible y contemplado por
Tesorería para su abono. La facturas no acababa de
liquidarse por cuestiones de índole burocrático. O dicho de
otra forma, a falta de la firma del Interventor.
Por ello, los problemas de estos “atascos” lo sitúan como
máximo reponsable, cuando en realidad ha de velar y hacer
cumplir con las normas que dicta el Ministerio de Hacienda.
En estos casos hay que ser muy escrupuloso con la
documentación, cierto, pero también cumplidor como
servidores públicos, sin favoritismos ni arbitrariedades,
para que los trámites burocráticos no supongan una maraña
insalvable de inconvenientes y pernicioso obstáculo para
quienes, legítimamente quieren cobrar sus servicios y
percibir su dinero sin excusas, una vez que sus documentos
están en regla y perfectamente justificados.
Incluso se han dado casos un tanto atípicos: extravíos de
facturas que han requerido de nuevas aportaciones
documentales que justifiquen lo que no se encuentra o se ha
traspapelado. Y otra vez, vuelta empezar.
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