El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González
Pérez, ofreció ayer en la sede local de su partido, el PP,
una charla bajo el título de ‘Análisis, medidas y
actuaciones sobre la seguridad en Ceuta’. En su exposición,
el representante del Gobierno de la Nación señaló que una
“permeabilidad” excesiva en la frontera, reclamada por los
empresarios, genera problemas de inseguridad, entre los que
citó los “robos con fuerza, hurtos, aumento de pedigüeños, y
la entrada de menores no acompañados”. González niega por
otra parte que haya determinados barrios que sean “el centro
neurálgico” de la actividad delictiva.
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez,
considera que una “permeabilidad excesiva” en la frontera
del Tarajal genera problemas de seguridad en la ciudad. Así
lo destacó ayer durante una charla que bajo el título de
‘Análisis, medidas y actuaciones sobre la seguridad en
Ceuta’ ofreció en la sede del Partido Popular (PP). El
representante del Gobierno de la Nación en Ceuta hizo
referencia, según el resumen que proporcionó a los medios de
comunicación, a la influencia que, en el ámbito de la
seguridad, tiene el hecho de que se trate de una ciudad
fronteriza. “Ceuta es -apuntó- frontera con un país al que
supera, en términos de renta, al menos por cinco veces y
hasta por 16 en su relación de más estrecha vecindad”.
Este factor contribuye al hecho, agregó el delegado, de que
cada año más de 6 millones de personas crucen de un lado a
otro el paso fronterizo, “unos a buscarse la vida, otros a
portear, a trabajar, algunos otros a comprar, pero entre
ellos también aparece el que viene a delinquir”, afirmó.
Además, González Pérez considera que “sale menos gravoso”
delinquir en España que en Marruecos, “y el delincuente del
otro lado de la frontera, lo sabe”, concluyó.
González aseguró en lo que respecta a este asunto de la
frontera “entender la presión empresarial ceutí de hacer
fluir cada vez más el paso fronterizo” pero añadió que esto,
que proporciona “buenos réditos” al sector económico,
“provoca serios problemas de seguridad de los que sale mal
parada la población en general”. Entre estos “problemas”, el
delegado citó “robos con fuerza, con nocturnidad, hurtos,
aumento de pedigüeños, entrada de menores no acompañados,
inmigrantes…”, como “consecuencia de una permeabilidad
excesiva en la frontera, que no suele ser bien valorada, por
sus efectos”.
En relación a la “sensación de inseguridad” en general,
González Pérez señaló que se trata de “algo que se considera
realmente muy subjetivo y en lo que influye más lo psíquico
que la lógica racional”. “Es la permanente y muy humana
confusión entre el delito y el conflicto o lo delictivo y lo
conflictivo”, aseveró.
Por ello, y ante la pregunta que se hace a sí mismo de “si
es cierto que determinadas barriadas de la ciudad son el
centro neurálgico de la actividad delictiva”, el delegado
contesta con “un rotundo no”. “Los actos delictivos se
producen en diversos lugares, como sucede generalmente en
todas las ciudades, lo que implica que un barrio no sea más
‘inseguro’ que otro”, opinó. A su modo de ver “lo que ocurre
es que, sociológicamente, se ha estigmatizado una zona
concreta y se confunde el conflicto con el delito, generando
esa sensación tan humana pero realmente tan subjetiva”.
Sin embargo, González Pérez entiende también que es
“innegable” que los que denomina “procesos de degradación
física y social del tejido urbano, con el añadido de un
urbanismo tan ilegal como irracional”, están “estrechamente
relacionados con esas sensaciones de inseguridad, a veces
con la realidad evidente de una pervivencia más factible de
lo ilícito”.
Para evitar estos procesos “habría que articular planes,
disminuir su progreso o dificultar los efectos dominó”.
“Lógicamente, cuando se ha llegado a niveles importantes de
deterioro, es imprescindible poner en marcha proyectos de
dignificación, tanto social como territorial, de los barrios
afectados”, y esto es algo que el delegado cree que “suena a
todos en Ceuta”. “Por obvio, no es necesario explicar el
papel tan importante que en todo ello pueden desempeñar los
planes urbanísticos, el control de la disciplina urbanística
y la persecución de irregularidades y fraude en este
sector”, concluyó González Pérez.
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