Nos ha recibido en su casa. sin protocolos ni ceremonias
al uso porque se trataba de una confesión sincera, mesurada,
reflexionando sobre lo que ha sido su verdadero “via crucis”
en estos tres últimos años. ha sufrido situaciones
insoportables: primero, una cruel campaña, desvastadora, en
la que se le ha lapidado mediáticamente. en este devenir por
si los sufrimientos no fueran poco, ha padecido también la
pérdida de su mujer. y en este trance de amargura, de
inmenso dolor, hemos encontrado a un hombre triste,
decepcionado por tantos sinsabores, sin rencor pero sí muy
reflexivo, intentando sobrellevar unos momentos duros con
estoicismo.
Con tantos sinsabores y no pocas adversidades de tipo
humano, moral, judicial y hasta familiar, una pequeña luz
parece haber iluminado su sombrío horizonte con el
pronunciamiento que hemos conocido este fin de semana de la
Fiscalía: la petición de sobreseimiento de su causa judicial
por no encontrar delito en un “caso” en el que Pedro
Gordillo ha sido demonio, cuando los testimonios periciales,
las testificales, han venido a demostrar que hubo una
relación consentida entre dos personas adultas en lo que se
trató de plantear como una cuestión de abuso sexual con
contraprestaciones en el ámbito de la política en trato de
favor. Ha llegado el momento del análisis y así se lo
solicitamos a nuestro entrevistado. Pedro Gordillo encaja su
cabeza entre las dos manos, mientras apoya los codos en la
mesa, mira al frente, medita y, como si fuera dictando una
lección de aquéllas de su epoca de profesor de Magisterio,
desgrana las ideas que van fluyendo a su cerebro con
parsimoniosa cadencia. ”Después de tanto tiempo, no alcanzo
a calibrar el porqué. Sí es verdad que he recibido una gran
alegría por la consideración del fiscal que como Ministerio
Público defiende a la sociedad y que dice que no ve en mí
delito alguno. Ahora sé que algunos dirán, ‘yo ya lo sabía”,
pero ellos saben (?) que en un momento determinado me
forzaron muchísimo y hasta me dijeron que esto tendría hasta
cárcel”.
Musita el entrevistado que, realmente pasó miedo cuando le
nombraron la cárcel. Que le pintaron el panorama tan negro
que no le dejaron opciones y se lamenta de la crueldad con
la que fue tratado. De manera inmisericorde, Pedro Gordillo
se vio obligado a sufrir un trago.
P.- ¿Hubo decepción por algunos de los que creía amigos
en la vida política?.
R.- A mí no me podrán engañar: se verá la falsedad y la
mentira de muchas personas contra mí y que dicen ser mis
amigos. En aquéllos momentos lo pasé muy mal, me
atemorizaron de tal manera que yo me veía en la cárcel.
(Habla de la cárcel como si fuera un escenario que él jamás
había contemplado en su vida y que, tal vez, podría
retrotraerle a una imagen de malhechor, de malvado. No es la
primera vez que la mencionado ni será la última durante la
entrevista, como si fuera en él una idea fija: la cárcel,
como el peor de los males terrenales).
P.- ¿Qué destino le augura a esas personas que hicieron
con usted de “asusta viejas”?
R.- Espero que a todas esas personas, como dice un refrán,
ninguno se quede sin recibir su merecido. Ya sabe usted que
todo el que escupe hacia arriba, le cae encima. O a lo
mejor, ya le está cayendo...
(Lo de escupir hacia arriba y la fuerza de la gravedad, ya
me lo había dicho una de las personas que le aprecian y que
le telefoneó una vez acabada esta entrevista. En cuanto al
“a lo mejor ya le está cayendo” va referida a otra persona
que él creía amiga y ahora sufre los rigores adversos que la
propia política aporta. Como decía Emilio Cózar, “Ceuta es
madrastra para sus propios hijos”.
P.-¿También habrá afines, amigos de verdad, que comparten
la alegría de buenas nuevas para Pedro Gordillo?
R.- Sí, en efecto. Hubo mucha gente que hizo daño, pero
también quienes estuvieron a mi lado. De lo único que me
alegro es encontrarme con muchas personas de este pueblo que
sí creyeron en mi inocencia y ahora se alegran conmigo al
saber de esta noticia de la Fiscalía. Y quiero aprovechar la
oportunidad que me da su medio para dirigirme ahora a todas
ellas para darles las gracias, aunque desgraciadamente,
otros medios de comunicación no fueran objetivos conmigo ni
fieles a la verdad y hasta ahora, casi esconden la noticia
porque me favorece.
(Se aprecia una gran amargura en la expresión y en las
palabras del entrevistado. No habla con rencor pero sí con
dolor. Ha sufrido lo indecible: decepciones, campañas
mediáticas de todo tipo, comentarios de lo más
variopintos...Y se le han abierto los ojos a una realidad
para él desconocida. la crueldad de la política, donde se da
la versión de Thomas Hobbes donde “el hombre es un lobo para
el hombre” y que él ha sufrido en sus propias carnes.)
P.-¿Su aspecto es de amargura, de decepción, de vacío
interior?
R.- Sí, es cierto: siento una gran amargura. Una de las
cosas que más me ha chocado de mi actividad pública es que
en el mundo de la política no existe la amistad. Tú creyendo
en ese ideal dices cosas pensando que eres fiel a tus amigos
y eso es lo mismo que te pierde. En política,
desgraciadamente, la amistad brilla por su ausencia.
(Hay que recordar, inevitablemente, el “momento de autos”
cuando a Pedro Gordillo llegado al punto álgido de la
situación se le dice que abandone, que la situación es
insostenible, que todo se acabó para él en política. Un
trance realmente traumático para quien era Presidente del
Partido Popular, vicepresidente del Gobierno y Consejero de
Presidencia. Había que conocer el relato del personaje, de
quien vivió en primera persona ese trance amargo).
P.-¿Cómo fue la secuencia de esa decisión que había de
marcar su final político?
R.- No me dieron opción de nada. Me sentí encerrado. No me
habían avisado previamente de que sucediera nada. Llegué a
Ceuta procedenjte de Madrid y me llevaron al despacho. Yo
propuse varias opciones como alternativas y todas me las
rechazaron. Me dijeron que no sabían si había más copias del
vídeo circulando por ahí o no, si se habrían distribuido y
que se desconocía su alcance. El culpable sabe en su
conciencia que no actuó bien conmigo y tranquilo no puede
estar porque fue infame lo que me hicieron.
P.-¿Hubo realmente un complot para acabar con Pedro
Gordillo?
R.- Algunas personas sí me dijeron que había sido una
maniobra contra mí, que no debía dimitir. Después fue
horrorosa la propaganda de medios de comunicación en mi
contra. Fue horroroso. Había una presión tremenda contra mí.
Tuve la suerte que, desde el cielo, ha conseguido esto: tuve
una mujer a mi lado en la que encontré apoyo y fuerza para
seguir adelante.
P.-¿Pedro Gordillo vivió momentos de sufrimiento?
R.- Aprecié la falsedad de las personas, de los que creía
mis amigos. Vine de Madrid, me llamaron al despacho, sin
saber yo nada y me presionaron. Menos mal que Dios escribe
recto con renglones torcidos. Esta situación ha servido para
salir de la política, de lo cual estoy contento. Hoy ves la
ciudad y yo, metido en política, no habría aguantado lo que
hoy es Ceuta, con tantos débitos y celebro no ser
responsable de la cantidad de cosas que hay hoy en boca de
todos. Hay muchos políticos que no pueden salir a la calle o
ir con la cabeza bien alta y yo me he librado de estar en
esta situación. Soy feliz con mi jubilación, lejos de la
política. Confío en que, poco a poco, Dios me ayudará a
salir adelante. Afortunadamente, todavía hay en esta ciudad
gente que son buenas personas, que te dan su amistad y
cariño. Yo les doy las gracias, ya que hasta se han podido
perjudicar por defenderme. Y he llegado a una conclusión:
los mejores amigos que he tenido en política me hundieron.
Yo creía que había más lealtad y se ha demostrado que no se
puede tener esa confianza, cuando yo les decía cosas que
creía que estaban mal. Se ha demostrado que en política no
se puede tener esa confianza. En la vida política no se
puede ir con sinceridad porque te buscan las vueltas.
P.-¿Habría posible retorno a la política?
R.-Yo en política ya estoy retirado totalmente. Ni quiero
volver, ni volveré. Sí puedo ayudar a alguien, a alguna
persona que me pida ayuda, pero yo no volveré a la política.
P: ¿Alguién se ha dado cuenta ya que se equivocaron al
“condenar” a Pedro Gordillo antes de tiempo?
R.-Sí, se están dando cuenta. En Madrid, en la sede central
del partido saben muy bien quien era yo, aunque no recibí
ningún golpecito cuando lo necesité. Por cierto, había un
personaje político, que venía por aquí mucho que no me
respaldó pese a conocerme y me dolió. Hoy ese personaje, con
su fracaso político, ya está pagando lo falso que es.
P:¿Se ha preguntado Pedro Gordillo en la soledad de su
hogar porqué quisieron acabar con su carrera política?
R.-Para mí, creo que está clarísimo: un grupo de presión
quiso aniquilarme. Menos mal que el tiempo da y quita
razones y deja a cada uno en su sitio. He recibido palabras
de ánimo de chavales del Príncipe que cuando me ven por la
calle me dicen “tú, sí que vales” o “contigo se podía
hablar”. Y para mí es una recompensa muy valiosa a nivel
personal.
P.-¿Cómo le gustaría a Pedro Gordillo ser recordado?
R.-Como un hombre honesto y un tío que se dedicaba a hacer
el bien y siempre estaba dispuesto a atender a cualquier
necesidad que se le planteara.
(Suena a epitafio, pero un hombre que fue artífice de crear
la Casa Estudios, la CE-70 para que estudiantes sin recursos
pudieran acceder a la universidad no puede ser un malvado.
No escribirá sus memorias, le está muy agradecido a la gente
de Ceuta. “Siempre me ha ido muy bien ”. Llegó en 1.977 y
ahora tiene amnesia política).
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