A diferencia de los controles de tráfico aéreo, los de
tráfico marítimo no hacen un seguimiento individualizado ni
es su responsabilidad detectar todas las situaciones de
riesgo. Para mejorar la seguridad, la CIAIM recomienda a las
compañías de pasajeros que sus buques consulten a los
centros de control “en cada travesía”.
“A diferencia de los controles de tráfico aéreo, los
dispositivos de gestión de tráfico de buques no hacen un
seguimiento individualizado de estos ni es su
responsabilidad detectar todas las situaciones de riesgo que
se presenten, sino que se encargan de la ordenación global
del tráfico para evitarlas”. Esta es una de las
puntualizaciones que se hace en el informe de la CIAIM
acerca del papel de los controladores de Tarifa y Tánger en
el caso del accidente ocurrido el pasado 13 de enero.
Tal como se explica, desde el 17 de mayo de 2010, cuando se
adoptó una resolución al respecto, es obligatorio para los
buques en el Estrecho de Gibraltar efectuar notificaciones a
Tarifa Tráfico al cruzar determinado meridiano cuando se
dirigen al oeste. Los barcos que se desplazan hacia el este
han de hacer lo mismo con Tánger Tráfico al cruzar cierta
posición y por canales predeterminados. Teniendo en cuenta
que los transbordadores de gran velocidad “generalmente se
ajustan a los horarios publicados”, con ellos caben
“acuerdos especiales sobre notificaciones con carácter
individual”.
A las 17.42 horas del 13 de enero, el New Glory comunicó a
Tánger Tráfico su entrada en el Estrecho navegando hacia el
este, como era preceptivo. El buque Milenium Dos no comunicó
su entrada ni a Tarifa ni a Tánger “con base a la exención”
de la resolución de 2010. Tras el accidente sí contactó con
Tarifa, pero “no hubo ninguna comunicación previa” de los
barcos implicados indicando “una situación de riesgo de
abordaje o solicitando información sobre el tráfico en sus
proximidades”.
Entre las recomendaciones realizadas por el Pleno de la
Comisión Permanente de la CIAIM no sólo a Acciona como
propietaria del Milenium Dos, sino a todas las compañías que
operan con barcos de pasajeros en el Estrecho, figura que se
establezcan “protocolos operativos entre sus buques que
obliguen a sus capitanes a consultar a los centros de
control las condciones de tráfico marítimo existentes en
cada travesía que realicen”. También se recomienda que
“estudien la necesidad de realizar un seguimiento del
tráfico que afecte a sus buques para poder detectar las
situaciones de riesgo y mejorar la seguridad en la
navegación”.
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