Los conflictos entre la Federación de Fútbol de Ceuta y el
Ceuta siguen acrecentándose hasta el punto de que el club se
vio obligado ayer a llamar a la Policía Nacional minutos
antes del inicio del encuentro frente al Recreativo ‘B’. Y
es que, lejos de facilitar el trabajo al primer equipo de la
ciudad, el organismo deportivo que preside Antonio García
Gaona no deja de seguir poniendo trabas al conjunto caballa;
las últimas, referidas al derecho que tiene el propio club
sobre el Alfonso Murube durante su tiempo de uso. Intentando
afrontar como puede estas trabas, algunas que perjudican
seriamente a los propios jugadores ceutíes, los responsables
del club aseguran que tomarán las medidas legales oportunas
y que presentarán las correspondientes denuncias.
El cometido de una Federación no es otro que el de velar de
la mejor manera posible por los clubes a los que representa,
máxime cuando este es, además, el primero de la ciudad. Sin
embargo, la Federación de Fútbol de Ceuta quiere ‘ahogar’
continuamente los derechos del conjunto caballa amparándose
en que el Alfonso Murube es ya un campo Federativo desde la
cesión de la Ciudad Autónoma. Sin embargo, mientras que el
ente federativo que preside Antonio García Gaona no
intercede en absoluto en las actuaciones de otros clubes
durante el uso de estos del campo (como por ejemplo el
impedir a redactores el acceder a cualquier zona de las
instalaciones), la actuación con el Ceuta es muy distinta.
Así, un importante número de miembros de la Federación de
Fútbol, con José María Oliveira a la cabeza, se internaron
sin permiso del club dentro del Alfonso Murube y se situaron
en la zona de vestuarios y entrada al terreno de juego.
El motivo: impedir a toda costa que el Ceuta tapase las
vallas publicitarias impuestas por la propia Federación de
Fútbol de Ceuta cuyos derechos, según aseguró su
vicepresidente, les pertenecen. Los responsables del Ceuta
intentaron por todos los medios que la zona de vestuarios y
entrada al campo (en la cual está prohibida permanecer por
motivos de seguridad) quedase despejada, al mismo tiempo que
hacer comprender a los miembros de la Federación que durante
la cesión del campo tenían total derecho y libertad sobre
las instalaciones. En ambos casos, sin ningún éxito.
Con su actuación, la Federación parecía querer humillar y
pisotear los derechos de un club que única y exclusivamente
quería hacer uso de sus instalaciones. Sin embargo, cual
dueño de una vivienda que se cuela sin permiso alguno en la
casa de su alquilado, José María Oliveira y varios miembros
de la Federación se negaron a abandonar la zona de
vestuarios, por lo que el club se vio obligado a avisar a la
Policía Nacional para que acudiesen al Estadio. Después de
las respectivas explicaciones a los agentes, el
vicepresidente de la Federación tuvo que trasladarse a otra
zona del campo, continuando posteriormente la disputa en el
ambigú.
Y es que, el ambigú se encontraba abierto y en
funcionamiento sin el permiso del club, algo que podría
acarrearle muchos problemas. Así, mientras que la Federación
permite que se vendan bebidas alcohólicas dentro de las
instalaciones, sería únicamente el Ceuta el que sufriría las
consecuencias legales de las actuaciones de un aficionado
ebrio, puesto que dichos actos sucederían en su terreno de
juego mientras se disputaba su partido.
Lo sucedido ayer en el Alfonso Murube llegó a afectar
directamente al propio equipo y a los jugadores ceutíes,
puesto que los miembros de la Federación, que se dedicaron a
abrir y cerrar las puertas de los vestuarios, dejaron sin
accesos zonas tan importantes como la sala de masajes, donde
se encontraba el material para tratar a los jugadores. Unos
jugadores caballas que también se ven seriamente
perjudicados por la negativa de la Federación de Fútbol de
Ceuta -la misma que debería estar orgullosa de que hubiese
un primer equipo con una gran mayoría de ceutíes- a cambiar
su horario de entrenamiento.
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