La chatarra se ha convertido en uno de los “pocos” residuos
que cuenta con un valor importante en el mercado. En estos
momentos, aunque las cifras varíen según la fluctuación de
los mercados, entre los 100 o 200 euros la tonelada. Incluso
los empresarios que se dedican al desguace han tenido que
pagar por la chatarra en peores épocas.
El peso medio de un vehículo sin descontaminar, es decir,
sin quitarle las piezas y demás es de componentes,
aproximadamente pesa una tonelada. Es decir, que 200
vehículos serían unas 200 toneladas, lo que supondría un
coste de unos 40.000 euros. La chatarra en la actualidad es
uno de los materiales más utilizados en muchos países de
Oriente, para la construcción, por ejemplo, de edificios y
otras infraestructuras de transporte.
La empresa Ibermad ofreció sus servicios a la Administración
de Justicia a “coste cero”, ya que es la adjudicataria de la
planta de descontaminación y trabaja a diario con los
vehículos provenientes de la ciudad. El tratamiento de los
vehículos en un lugar habilitado directamente para ello es
uno de los asuntos que se recogen tanto en las normativas
española como europea, puesto que supone un grave riesgo
para el medio ambiente y, en el caso de producirse un
problema mayor, para la salud pública por ejemplo, si no se
llevan a cabo los trámites y las actuaciones de forma
correcta.
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