Mayores y jóvenes, desafiaron ayer las inclemencias
meteorológicas, y acudieron hasta Santa Catalina para
mostrar a través de las flores que no se han olvidado de los
familiares que ya no están en esta vida terrenal y que
todavía siguen muy presente en sus corazones. Como cada año,
los floristas volvieron a aprovechar la festividad para
mejorar sus ventas aunque se vieron condicionadas por la
lluvia.
Cada uno de noviembre, el cementerio recobra la luz por el
día de los difuntos, aunque esa luz ayer se vio ensombrecida
por la tristeza de un día desapacible de lluvia que marcó la
jornada hasta cerca de las 14.00 horas para posteriormente
dejar paso al sol que brilló tímidamente para que los
ceutíes disfrutaran por unos instantes de la tradicional
celebración de la ‘mochila’.
Esas inclemencias, unidas a la masiva asistencia producida
estos días atrás, también provocaron que la afluencia de
ceutíes ayer al campo santo no fuera tan intensa como en
años anteriores, aunque pese a todo, cientos de ceutíes se
acercaron hasta Santa Catalina para poner flores en los
niños de los familiares que ya no están con ellos.
Paradójicamente, estos días de nostalgia cobran especial
protagonismo para los comerciantes de la flor, quienes
sitúan en un crecimiento del 30% las ventas de estas fechas,
algunos con respecto a todo el año y otros, en tres o cuatro
días, en referencia a un mes. Y “la clavellina, el clavel y
el crisantemo siguen siendo las flores que más se demandan
porque, además, son las que siempre se han llevado a los
difuntos. De todas formas, los clientes van buscando otro
tipo de flor debido a la crisis, ya no piden lirios
orientales de importación que son más caras”.
También la lluvia ha marcado la venta de las flores este
año, tal y como así lo resaltaban los responsables de las
floristerías ‘Goyo’ y ‘Las Gardenias’, que como en años
anteriores volvieron a estar presentes frente al cementerio
para ofrecer a los ceutíes una gran variedad de flores para
los difuntos.
A este respecto, ambas floristerías coincidían en afirmar
que la lluvia de hace tres días dio al traste con la venta
prevista para la jornada y que el de mayor venta fue el
miércoles. Pese a estos contratiempos, la venta no ha ido
mal aunque ciertamente algo más floja que en años
anteriores. Finalmente, tras adquirir sus flores, la gente
entra por la puerta y acude a las fuentes para llenar sus
jarrones y darle vida eterna a las plantas, único recuerdo
que quedará con la despedida de otro 1 de noviembre. Las
flores sirven como tarjeta de visita y dan sentido a la vida
y la muerte. La flor puede pasar de un estado a otro
manteniendo su esencia: a veces sirve para enamorar a una
mujer y otras veces para iluminar al difunto.
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Día de recuerdos entrañables para con los que ya no están
Con respeto y con alegría
centenares de ceutíes pasaron por el cementerio para,
mientras arreglaban los nichos de sus difuntos, revivír esos
entrañables recuerdos que hacen que estos estén más vivos
que nunca en los corazones de sus familiares. Después de
tanto tiempo los nichos amanecen más sucios de como se
dejaron y el familiar también aparece diferente, a veces más
cansado que el año anterior y en otros casos con una alegría
que demuestra que el tiempo ha sido benévolo. Las arrugas,
la caída del pelo o la cana se acentúan pero las el
cumplimiento con la tradición permanece intacta. Del mismo
modo permanece intacto el recuerdo a Antonio Sánchez Prado,
hijo adoptivo de la ciudad que supo ganarse el cariño de
todo un pueblo gracias a su gran bondad y humanidad.
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