¡A veces, el silencio es la peor mentira! (Miguel de Unamuno)
El silencio, ese adverbio al que tanto se recurre en
diversas facetas, puede convertirse en protagonista en los
próximos días, o quizás horas.
Es fuente de inspiración de escritores, pensadores, poetas,
cantantes, locutores, artistas, músicos, políticos, actores,
periodistas y así una larga lista de profesiones que tienen
en el habla o la escritura su principal actividad, sin
olvidarnos también de su fascinación a cuántos se sienten
seguidores de la Semana Santa, por esa tradición tan
arraigada en muchos pueblos y ciudades como es la llamada
“procesión del silencio”.
El silencio es el partido más seguro para el que desconfía
de sí mismo (Francois de la Rochefoucauld)
El silencio también es un recurso utilizado en otras
actividades, entre ellas, la administrativa. De ahí deriva
esa denominación contenida en el ordenamiento jurídico
español de “silencio positivo” y “silencio negativo”, que en
resumidas cuentas viene a regular la pasividad en ciertos
momentos de la administración respecto a su respuesta en
actos o procedimientos iniciados con interesados.
Esta figura del silencio, en esta caso positivo para sus
intereses, es la que va a servirle a la Federación de Fútbol
de Ceuta para ver, después de tres años, publicados en el
BOCCE la modificación de sus estatutos y reglamento general,
aprobados en Asamblea General de septiembre de 2009. Según
el Consejero del área, todo fruto de un “error”. Sin más,
pues bueno otro día tendré que escribir de cuántos tipos de
errores existen. Igual descubrimos que dejar papeles encima
de la mesa sin darle curso es un “error”.
Cumplido este trámite muchas serán las preguntas que sobre
este retraso puede cada uno o una hacerse y las que a partir
de ahora se produzcan. Otra cosa es la respuesta que
reciban. A lo mejor entonces se encuentra con el “silencio
negativo” o “callada por respuesta”.
Ya en mi columna de la pasada semana, titulada “Jerga”,
comentaba algo sobre el lenguaje propio de algunas
actividades. Pues bien, en este tema concreto de las
modificaciones de los estatutos y reglamentos de la
Federación de Fútbol de Ceuta tenemos que añadir, a nuestro
diccionario particular, los términos mencionados y además
otras palabrillas como decreto, registro general del ICD,
fundamentos jurídicos, Reglamento de Federaciones Deportivas
de Ceuta, ... ya es suficiente, pues la mayoría de estos
conceptos son, al igual que ocurre con otras normas
reglamentarias, interpretables. Tan es así que un artículo
que lo ves, sin ser jurista, muy claro resulta que de pronto
deja de serlo. Eso ocurre en concreto con un tal artículo
nueve, pero bueno no tiene en principio, por ahora, más
importancia.
Con esta columna voy a conseguir esta semana aumentar mi
lista de “enemigos”. Me he vuelvo a meter en un tema que ni
domino ni nada y dejar otra vez de lado y sin escribir nada
de fútbol sala. A mi colega, el del libro, de nuevo lo dejo
colgado. Otro amigo, en este caso uno que si entiende de
estos temas, cuándo lea esta colaboración dirá ¡vaya tela! y
a otro le habré recordado a su grupo preferido “Héroes del
Silencio”.
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