Los testigos que supuestamente se encontraban en calidad de
clientes cuando se produjo la intervención policial y el
subsiguiente altercado no fueron consistentes en sus
declaraciones e incurrieron en contradicciones.
Todos ellos, antes de deponer ante el tribunal, fueron
advertidos por el presidente de la sala, el magistrado Jesús
Carlos Bastardés, de que tenían que declarar
obligatoriamente y decir verdad, puesto que en caso
contrario podrían incurrir en delito.
No obstante, los testimonios fueron poco concluyentes, en el
sentido de que no se expresaron claramente la mayoría de
ellos. Sin embargo, indicaron algunos de ellos que los
policías se llevaron al empresario M.E. al furgón -algunos
dijeron que iba esposado, otros no- y algún caso dijeron que
fue golpeado, y enn otros que fue arrojado “como un saco” en
el furgón policial. En todo caso, no fueron testimonios
demasiado claros y se pusieron de manifiesto algunas
contradicciones, por parte de la defensa de los policías, si
bien alguna de ellas fue rechazada por el tribunal.
Fue llamativo también que ninguno de los testigos
comparecientes ofreciera detalles sobre la actividad del
hijo del denunciante, puesto que éste habría golpeado a un
policía cuando el padre era conducido detenido a un furgón,
pero nadie, supuestamente, vio nada.
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