Un trabajo de María Gervillo Zapata y Sony Vashdev Lalwani
en la Universidad de Granada sobre “La Comunidad Hindú ceutí
y su integración en la cultura occidental”, nos descubre una
serie de singularidades de este colectivo que le hace más
cercano. Un trabajo que descubre las causas de la gran
presencia de la Comunidad Hindú en Ceuta, así como la
difusión de sus costumbres, a la vez que su preocupación e
interés por integrarse y participar de manera activa en el
seno de la sociedad ceutí y colaborar en el logro de un
mundo más sostenible, dentro de una sociedad plural.
La Comunidad Hindú de Ceuta es oriunda del norte de la
India, en concreto de la región de Sind, actual Pakistán. La
mayoría de ellos llegaron a Ceuta en 1947 y en la actualidad
se encuentran plenamente integrados en la sociedad local. Y
manifiestan su preocupación por integrarse y participar
activamente en la sociedad ceutí, al mismo tiempo que
colaborar en el logro de un mundo más sostenible, en una
sociedad plural, intercultural, democrática y más
igualitaria.
Los hindúes están plenamente integrados en Ceuta, participan
en todas las costumbres locales occidentales, en los
espacios públicos hablan perfectamente el castellano, sin
embargo intentan conserva algunas costumbres como la del
gurú, el casamiento o los funerales, pero sobre todo,
quieren conservar su dialecto, el sindhi.
Los jóvenes hindues se encuentran perfectamente adaptados al
tipo de vida europea. En el ámbito familiar se comparten los
valores hindúes con los típicamente europeos a través de las
sinergias que conservan con los que aún continúan en la
India y mantienen los diferentes roles jerárquicos
definidos. La familia tiene gran influencia en el ámbito
educativo y pone gran esmero y empeño en que todos los hijos
estudien.
“El fomento de la interculturalidad requiere encontrar el
equilibrio entre la conservación de las identidades
culturales y la apertura transformadora con las identidades
de las demás culturas que imperan en nuestra ciudad. También
se precisa un pacto por un modelo de estado sostenible y de
bienestar en el que se cuente con unos recursos humanos
cualificados y exista una ilusión corresponsabilizada en el
logro de la convivencia y la cohesión social”, exponen María
Gervilla y Sony Vashdev Lalwani.
Todas estas aportaciones son el resultado de una entrevista
en profundidad realizada a una ciudadana ceutí hindú en la
que describe las causas de la gran presencia de este
colectivo en Ceuta.
A través de esta recopilación se difunden algunas de las
costumbres de los hindúes residentes en Ceuta y sus
inquietudes.
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Su presencia en Ceuta data de finales del siglo XIX
aumentando considerablemente a partir de 1947
La tradición cuenta hace siglos se
han asentado hindúes en toda Africa pero los hallazgos
encontrados en el padrón municipal de Ceuta datan su
presencia de finales del siglo XIX, aumentando
considerablemente esta Comunidad en nuestra ciudad a partir
del año 1947, debido a que es el año en el que se produce la
independencia de la India y comienza su andadura fuera del
mandato del Imperio británico. En india, al dejar de ser una
colonia de Inglaterra, se crea en aquél tiempo una nueva
situación política y social que desencadenó una serie de
revueltas entre hindúes y musulmanes que concluyeron con el
abandono de los primeros de la zona norte. Este hecho
provocó uno de los mayores movimientos migratorios hindúes
más importantes de la historia y Pakistán aparece como nuevo
estado libre en la zona norte de la India, que es el lugar
de donde provienen la mayoría de la población hindú que hay
en Ceuta o territorio de donde son oriundos los arraigados
hindúes que residen en Ceuta desplazados en 1947.
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