El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que el Gobierno
de la Ciudad presentará a aprobación inicial de la Asamblea
en septiembre, “para rentabilizar mejor la coyuntura
ilusionante que la ciudad atraviesa, tiene que ser
participativo”. Así se señala en primer lugar en la lista de
“principios inspiradores” de la revisión y adaptación del
Plan “porque el diseño de un proyecto de futuro es una tarea
colectiva”, señala. Por tanto, “se persigue un plan
compartido y no un plan impuesto”.
En esta misma línea, y como conclusión de este epígrafe, se
recoge en la Memoria del Plan que el gobierno de la Ciudad
de Ceuta “asume la responsabilidad que le corresponde y está
dispuesto a liderar un Plan que responda a los principios
señalados”. “Pero esto sólo será posible -advierte- si se
consigue vincular al Plan, de forma activa, a los
ciudadanos, a la sociedad civil organizada y a las
instituciones”. Este Plan tiene que ser, por tanto, en
opinión de sus redactores, “un ilusionante y atractivo
proyecto compartido”.
Otros ocho principios conforman la lista que ha “inspirado”
la redacción del Plan, en cuya carátula figuran como autores
la consultora Prointec y la GIUCE. El segundo de los
propósitos es que sea “realista”, pues son “conscientes de
que se trata de un municipio donde son necesarios
importantes esfuerzos para posicionarse como ciudad media”.
Eso se lograría, afirman “rentabilizando una posición de
paso estratégico fundamental de personas y mercancías entre
mares y continentes”. Realista ha de ser también, apuntan,
en relación “con las posibilidades y características de un
territorio de elevados valores y calidades medioambientales
donde pueden instrumentalizarse nuevas estrategias de
desarrollo ecológicamente eficiente”.
Asimismo se pretende que el PGOU sea “flexible”, dotándose
de los medios y los instrumentos necesarios para adaptarse
“a una coyuntura de rápidos y profundos cambios donde cada
día afloran nuevas exigencias”. No obstante aclaran que la
flexibilidad “no debe confundirse con permisividad sino
entenderse como oportunidad para dar respuestas más
adecuadas y ajustadas a las necesidades de las diversas
coyunturas”.
Por otra parte, se busca que el PGOU sea “recualificador de
la urbanización, del crecimiento de la ciudad o de los
procesos urbanísticos que han dejado huella negativa” y
“revitalizador”, en el sentido de “construir una Ceuta
dinámica y viva” y en la que se eviten “procesos de difusión
incontrolada de la ciudad en el territorio”. El Plan ha de
ser según estos principios, “dignificador de la ciudad” y
“reequilibrador del tejido urbano”, “redistribuyendo de
forma más ajustada las dotaciones y también las cargas”.
El Gobierno quiere un plan que sea “atractivo y capaz de
afianzar entre los ceutíes la convicción de soñar una ciudad
con futuro, una ciudad media avanzada y prestadora de
servicios ambientales, turísticos y culturales cualificados,
sin por ello renunciar a actividades tradicionales”. Por
último, se menciona de nuevo su carácter “abierto”, con
capacidad de “canalizar ideas y proyectos de procedencia
diversa”.
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