Tal día como hoy de 2002, la noticia de la ocupación del
islote español del Perejil, muy próximo a la ciudad autónoma
de Ceuta, por fuerzas militares marroquíes saltaba a la
primera página de los periódicos locales y era recogida por
la prensa nacional. “Marruecos invade la isla española del
Perejil”, titulaba EL PUEBLO, que recogía en primera plana
la noticia de que la Oficina de Información Diplomática
(OID) había comunicado, mediante una “nota verbal”, a la
Embajada de Marruecos el rechazo a la instalación en la isla
de Perejil de dos tiendas de campaña y dos banderas de este
país por parte de las Fuerzas Armadas marroquíes. Además, se
expresaba al Reino de Marruecos el deseo de restablecimiento
de la situación anterior a estos hechos.
Seis días después, el 17 de julio, y tras el envío de
fuerzas navales españolas a la zona, un Grupo de Operaciones
Especiales del Ejército español formado por 28 militares
recuperó este pequeño islote de soberanía española. En unas
horas, la Legión, en concreto, efectivos del Tercio Duque de
Alba, se desplegaba en la isla, mientras los militares de
Marruecos eran entregados a las autoridades de su país por
el paso fronterizo del Tarajal.
Acababa así una escalada de tensión diplomática y militar
entre vecinos que, a día de hoy, ha desaparecido por
completo. Según el resumen que realizaba ayer la agencia
Efe, el islote permanece “deshabitado y vigilado con
discreción”.
Aunque al día siguiente de la ocupación la OTAN consideró el
asunto puramente bilateral, la Comisión Europea expresó su
“gran preocupación” por estos hechos. El Gobierno español
envió tres navíos a las costas de Ceuta y Melilla para “dar
confianza a sus residentes”, mientras la Presidencia de la
Unión Europea, danesa, expresó su “plena solidaridad a
España” y urgió a Marruecos a “retirar sus fuerzas”.
Sin embargo, Marruecos mantenía su decisión de no retirar a
sus tropas por considerar que esta acción se enmarcaba en el
ejercicio de su soberanía sobre su territorio nacional.
Entonces, el día 16, el Gobierno español consideró agotada
la negociación diplomática para retornar a la situación
anterior, llamó a consultas al embajador en Rabat y decidió
ejecutar la operación de desalojo de los seis militares
marroquíes instalados en el islote. El día 17, un comando de
Operaciones Especiales de Tierra se trasladó al islote en
helicópteros, detuvo a los militares marroquíes e izó la
bandera de España.
A las 06:17 horas, 25 soldados de Operaciones Especiales
apoyados por otros tres de la Armada, en una operación
bautizada como “Romeo Sierra”, y sin disparar, neutralizaron
a los seis gendarmes que se entregaron uno tras otro ante la
evidente superioridad española.
Diplomacia
El día 20, España y Marruecos alcanzaron un acuerdo que
supuso la vuelta al ‘statu quo’ anterior al mes de julio.
Los 75 militares españoles desplegados en Perejil, situado a
unos 200 metros de la costa marroquí, comenzaron a recoger
sus equipos. Dos días después, la visita de la ministra de
Asuntos Exteriores, Ana Palacio, a Marruecos puso
momentáneamente fin a la crisis abierta entre Rabat y
Madrid.La ocupación del islote, de dominio español desde el
siglo XVII, dio pie a una de las mayores crisis diplomáticas
entre España y Marruecos.
El 30 de enero de 2003, llegó la reconciliación diplomática
cuando los respectivos embajadores regresaron a sus puestos.
El entonces secretario de Estado de EEUU, Colin Powel, actuó
como fedatario del acuerdo por el que Perejil volvía a una
soberanía que por otra parte no constaba que el Reino Alauí
discutiera.
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La lucha contra la “inmigración clandestina y el terrorismo”
fue la justificación de Rabat
Marruecos justificó la ocupación
de Perejil en la lucha “contra la inmigración clandestina y
el terrorismo”. La última vez que ha sido noticia, el pasado
mes de mayo, se hablaba del islote en la prensa local tras
haberse recogido por parte de la Guardia Civil a un grupo de
inmigrantes que salieron en una embarcación de la cercana
costa marroquí. Esto propició algunos intentos de acceder a
territorio español por esta vía, algo que no ha vuelto a
producirse gracias a la vigilancia de la Armada Marroquí,
reforzada desde el pasado mes de enero tanto junto a la
frontera del Tarajal como en la que separa Ceuta de Beliones.
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