Aproximadamente siete horas duró la protesta que un total de
siete desempleados ceutíes realizaron ayer sobre una grúa a
más de cincuenta metros del suelo para reivindicar un
trabajo. Durante este periodo de tiempo se vivieron momentos
de tensión donde los agentes de la Policía Nacional y los
bomberos intentaron disuadir a los manifestantes de su
postura mientras los familiares y compañeros de estos los
animaban y jaleaban.
Las protestas que vienen realizando un grupo de desempleados
frente a las obras de las 317 viviendas en Loma Colmenar,
respaldados por Comisiones Obreras, se tornaron ayer
peligrosas tras la decisión de un total de siete parados de
encaramarse a dos de las cinco gruas ubicadas en la zona
para reivindicar que se contrate a desempleados ceutíes y no
a trabajadores provenientes de la península o de Marruecos.
La desesperación por no encontrar trabajo y ver como el poco
empleo existente en Ceuta es para trabajadores foráneos
llevó a la situación vivida ayer en Loma Colmenar donde
finalmente, y tras cerca de ocho horas, no hubo que lamentar
ningún incidente mayor o alguna víctima, ya que los siete
desempleados subieron hasta lo más alto de las citadas
grúas, de unos cincuenta metros de altura y sin ningún tipo
de seguridad.
Aunque agentes de la Policía Nacional se encuentran desde
que comenzaron las protestas vigilando la zona para evitar
ningún tipo de altercado, ayer no pudieron evitar que Ahmed
Chaib, un especializado gruista padre de cinco hijos y en
paro, se encaramara poco antes del mediodía a lo más alto de
una de las grúas para protestar por esta situación e
intentar hacer llegar, con su gesto, la desesperación de
estas personas y sus reivindicaciones hasta las autoridades
ceutíes. Con esta acción Chaib consiguió parar la jornada
laboral en la obra mientras poco a poco llegaban hasta la
zona más efectivos policiales así como varios camiones de
bomberos. Precisamente dos miembros del Servicio de
Extinción de Incendio fueron los encargados de subir hasta
donde se encontraba Chaib junto a un miembro de la obra para
intentar disuadirlo y que volviera a bajar junto al resto de
manifestantes. Durante la conversación Chaib se mantuvo en
sus treces y adelantó que se mantendría en el extremo de la
‘pluma’ de la grúa hasta las 18.00 horas. Además, durante la
conversación tan sólo aceptó agua y no quiso colocarse el
arnés que le ofrecieron.
Una vez en tierra los bomberos, tras las infructuosas
conversaciones con Chaib, otro de los desempleados, Laarbi,
alrededor de las 14.40 horas emulaba a su compañero y subía
hasta lo más alto de otra de las grúas aunque en un estado
más alterado y animado y jaleado por los presentes.
El tenso ambiente que se vivía se vio empeorado cuando
algunos de los obreros intentaron mover algunas de las
máquinas, algo que provocó que los manifestantes lanzaran
insultos, gritos e incluso animaran a los más pequeños a que
lanzaran alguna que otra piedra. Tras ese desconcierto donde
incluso rompieron parte de la valla, otros tres desempleados
consiguieron llegar hasta la grúa donde se encontraba Chaib
para sumarse a la protesta y subir hasta su compañero, quien
permanecía impasible en el extremo de la grúa.
Lo que en un principio fueron lágrimas entre los familiares
de Chaib, estas se fueron tornando en aplausos y vítores al
comprobar que su gesto había conseguido que otros cuatro
compañeros se encaramaran a la grúa, y a los que después se
les unieron dos más.
Las horas iban pasando y los manifestantes presentes
lanzaban protestas al aire que encendían los ánimos de los
allí presentes que los animaban y jaleaban para continuar
con su reivindicación.
“Teníamos un grifo y nos lo han cerrado. Mis hijos no tienen
porqué sufrir esto. Más de doce mil parados y contratan
gente de fuera” o “que se entere el delegado del Gobierno
que aquí hay padres de familias con dos cojones. Nuestros
hijos no se alimentan del aire”, fueron algunas de las
frases que se escucharon mientras los familiares exigían a
los agentes de la Policía que subieran a los manifestantes
algo de comer y de beber, temiendo que el calor y las horas
pudiera provocar el desvanecimiento el alguno de ellos.
Finalmente, tal y como comunicó inicialmente Chaib, a las
18.00 horas en punto inició su camino de regreso al suelo
aunque dos de sus compañeros no quisieron seguirlo y
mantuvieron la protesta alrededor de una hora más hasta que
desistieron.
Los agentes de la Policía Nacional presentes, anotaron la
documentación de los manifestantes quienes fueron abrazados
y felicitados por el resto de compañeros.
Jalid, uno de los manifestantes, aseguraba a los medios tras
bajar de la grúa y sensiblemente emocionado, que el delegado
del Gobierno “se ríe de nosotros, nos manda para la prisión,
cuando estamos allí nos pide cualificación, cuando tenemos
cualificación nos pide otra cualificación distinta, y cuando
no es una cosa es otra mientras aquí estamos todos estos
padres de familias jodidos, pero ya no puedo más”. “Los
compañeros han dicho que se ha conseguido alguna cosa, pero
seguro que es para callarnos la boca a algunos y el resto a
los cafetines del Príncipe”, aseguraba Jalid mientras se
derrumbaba anímicamente. Por su parte, el impulsor de la
protesta en lo alto de la grúa, Ahmed Chaib, aseguraba una
vez en tierra que este paso lo ha provocado “la
desesperación. La gente está asqueada de esta situación.
Estamos siendo discriminado en todos los aspectos y si eres
de Ceuta y encima musulmán las empresas te dan la espalda
rápidamente”. Chaib reconocía que se les ha prometido que
van a contratar, aunque también indicó que “de lo prometido
hasta los hechos habrá que esperar y ver como evoluciona
esta situación y si esto continúa así tendremos que seguir
con las reivindicaciones y llevarlas hasta donde haga
falta”, concluía Chaib.
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