Haciendo memoria vieja, nos
volveremos años atrás cuando uno estaba en Madrid que, por
cierto, entonces era Madrid de los madrileños. Hoy, ese
Madrid de los madrileños, ha desaparecido para convertirse
en una ciudad cosmopolita donde los madrileños casi brillan
por su ausencia, dando paso a una inmigración de la más
variopinta llenando sus calles y sus barrios, donde hasta el
popular barrio de Lavapie, que daba gusto escuchar a sus
moradores el madrileño castizo ha desaparecido. Hoy día,
todo parecido con la realidad es pura o mera coincidencia.
Pues, bien, en esa memoria vieja de mi estancia en Madrid,
era un asiduo del campo del Gas, donde se daban combates de
lucha Libre, en el que participaba, como gran estrella, mi
amigo de aquella época ”El Enmascarado”, al que nadie
conseguía derrotar, contando por victorias todos sus
combates, siendo el ídolo de los asiduos al campo del Gas.
“El Enmascarado” vivía en la calle Carmen igual que yo y,
cada día, en el bar “La Oficina”, situado en la esquina de
esa calle nos tomábamos, a mediodía la consabida caña de
cerveza con el bocata de calamares, por le increíble precio
de una peseta con veinticinco céntimos. ¡Que tiempo tan
maravilloso en ese inigualable Madrid!.
Gracias a mi amigo, me hice asiduo a los combates de boxeo y
conocí a grandes boxeadores, como Fred Galiana, “El español
García”, Legrad, Carrasco, y Velazquez, entre otros de
reconocida fama y prestigio
En las reuniones que mantenían, donde acudía como oyente
para saber qué cosas se comentaban dentro del mundo del
boxeo, era un placer escucharles hablar del noble deporte de
las doce cuerdas y las curiosidades que ocurrían antes de un
combate importante.
Siempre me limitaba a escuchar, sin osar intervenir en
ninguna de las cosas que planteaban entre ellos. MI
desconocimiento en la materia, a pesar de la gran admiración
que me despertaban esos magníficos profesionales no me
permitían ni decir media palabra, a pesar de que ellos, en
la mayoría de las ocasiones, querían hacerme participar.
En cierta ocasión, después de escucharles por activa y por
pasiva, hablar del “segundo aire”, mi curiosidad no pudo más
y me atreví a preguntarles que era esos del “segundo aire”.
Legrad, con su enorme simpatía, me lo explicó de la
siguiente manera.”Mira, si has terminado un asalto dejando
la borde del KO a tu contrario, cuando salgas en el
siguiente asalto, tienes que ir por todas par tumbarle por
la cuenta de diez. Si no lo haces, se puede recuperar, tomar
eso que le llamamos “el segundo aire” y terminar ganando el
combate.
A tenor de enterarme lo que significaba ese “segundo aire”.,
trasladándolo a la política, Rajoy que ha ganado el primer
asalto del combate con Merkel, de ninguna de las maneras
debe dejarle tomar el “segundo aire”, pues esa victoria
inicial, podría convertirse en la perdida del combate
político entre ambos.
Además, con la suerte de contar en su “rincón” con dos
“segundos” de la categoría de Hollande y Ponti cuyos
consejos, desde ese “rincón” le llevará indiscutiblemente a
la victoria. ¿O no?
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