Poco antes de la inauguración del Auditorio, en febrero de
2011, su autor, el arquitecto Álvaro Siza, expresaba en una
entrevista con EL PUEBLO su deseo de que los dos edificios
privados tuvieran también un uso y por tanto, aportaran vida
a su céntrica Manzana.
En relación con los usos de los diferentes edificios de La
Manzana, cuando se le explicó la intención de que los
servicios de la Consejería de Cultura se trasladaran, como
así ha sido, al edificio anexo del Auditorio, el arquitecto
afirmó que la transformación del espacio auxiliar en oficina
no le parecía una buena idea, porque “un teatro con esta
actividad” ha de tener -indicaba- salas para bailarines,
músicos, actores, etcétera. “Eso donde estaba bien era
aquí”, explicaba mientras señalaba, sobre un esbozo dibujado
en ese momento por él mismo, el edificio de la calle
Padilla.
En relación con su idea original, Siza recordaba que el
citado edificio “tenía un uso cultural, y este [señalaba el
que da al Revellín], comercial”. “Es una pena que no se haya
podido ejecutar, porque el primer proyecto era mucho más
bonito”, confesaba en relación al inmueble de Padilla, para
agregar que además de una zona de soportales mayor que la
actual, tenía “altura doble”.
Un gran espacio cultural
En este punto de la conversación, su colega y arquitecto
municipal ceutí, Javier Arnáiz expresaba al luso su
“admiración” por su “capacidad” de adaptarse a los cambios
exigidos, por lo “elástico que ha sido” a la hora de
modificar su proyecto original para incluir los nuevos usos
que se le exigía. “La parte baja –continúaba explicando
entre tanto Siza sobre el dibujo- estaba conectada con
estas, era un gran espacio cultural”.
|