Una joven madre de familia, Daaifia El Ayouni, vecina de
Pasaje Recreo, ha denunciado estar siendo objeto de
agresiones y amenazas tanto a ella como a su familia por
parte de una vecina y de otras personas con las que esta
última mantiene relación, fundamentalmente por el hecho de
que se casó con un cristiano, Jalil González Martín, quien
hace cuatro años se convirtió al islamismo. La mujer ha
aportado dos denuncias por agresiones y amenazas
interpuestas en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policías
los días 19 y 21 pasados. Afirma que viene sufriendo
menosprecios desde hace años.
Daaifia El Ayouni, vecina de Pasaje Recreo, ha denunciado a
una mujer que vive en una casa contigua y a algunas personas
con la que esta última mantiene lazos de amistad por haberla
agredido y amenazado a ella y a su familia. El motivo, según
explica la víctima, sería que se casó con un cristiano, su
esposo Jalil González, convertido al Islám hace cuatro años.
La primera agresión con amenazas se produjo el pasado día 19
de mayo. La mujer denunció en Comisaría y aportó también un
parte facultativo. La segunda agresión se habría producido
dos días después, también con la consecuente denuncia y
parte médico. Por su parte, recibió una denuncia el mismo
día 21 por lesiones, formulada por la hermana de la vecina
con la que mantiene el conflicto, Rabea D.A. Su vecina es
Himo D.A.
El mismo día 21 se celebró un juicio rápido en el Juzgado de
Instrucción número 6 y como ambas partes habían cruzado
denuncias, la solución fue salomónica: sanción económica
para las dos.
Sin embargo, Daaifia no ha cejado en su empeño y quiere
emprender acciones de carácter penal contras las personas
que, según su testimonio, la agreden y amenazan.
El día 19 denunció que “desde hace años” viene sufriendo
“menosprecios y todo tipo de improperios” por parte de esta
vecina, “debido a que está casada civilmente con un
‘cristiano’, motivo de desprecio al parecer por parte de
algunos sectores musulmanes”, según se recoge textualmente
en la denuncia formulada en Comisaría.
Ese día, por la tarde, Himo, “sin motivo alguno aparente,
lanzó una palangana de agua caliente” contra su domicilio.
Para ello se subió en el tejado del domicilio.
Según hace constar el instructor: “la intencional del hecho
es una vez más intimidarla y menospreciarla” y que el acto
estaba dirigido “a dañar físicamente tanto a ella como a
algunos de los miembros de su familia”.
Daaifia, según consta en la denuncia, salió de su casa y
recriminó la actitud de su vecina. Lejos de desistir, “cogió
un ladrillo del suelo y se lo lanzó a la cabeza, y acometió
contra ella, propinándole todo tipo de golpes, arañándole la
cara y dándole tirones del pelo”.
En el parte judicial que se adjuntó a la denuncia, tras ser
asistida por el facultativo de guardia, se especificaron
arañazos en la cara y leve inflamación en el cuero
cabelludo, contusiones por todo el cuerpo sin hematomas, con
pronóstico leve.
Ya en el hospital se le apreció dolor a la palpación
hemicraneal izquierda, arrancamiento de cabello y herida en
hemicara izquierda.
Con posterioridad, el día 20 -la denuncia fue interpuesta el
día 21- explicó en Comisaría que sobre las 23.00 horas
regresó de Marruecos y al llegar a la puerta de su domicilio
llegaron dos mujeres a las que conocía por ser familiares de
su vecina y se puso a hablar con ellas. Según consta en la
denuncia, “se personaron ocho mujeres acompañadas de dos
hombres y sin mediar palabra entre todas comenzaron a
propinarle golpes por todo el cuerpo, llegando a golpearla
una de ellas con un palo de madera en la cabeza”.
Indicó que en ningún momento tuvo opción de defenderse y que
solamente intentó zafarse, en vano, de los golpes. Su marido
tuvo que mediar para que cesara la agresión.
Según consta en la denuncia, su vecina Himo le dijo
textualmente: “te voy a quemar a tí, a tu marido y a tus
hijos. Os voy a echar agua caliente desde la ventana”.
Momentos después se personó en el lugar de los hechos una
dotación policial, la cual tomó datos de lo sucedido e
informó de los trámites a seguir. La Policía solicitó una
ambulancia para que prestara asistencia sanitaria a la
mujer. Desde allí fue trasladada al Hospital Universitario,
donde el facultativo de guardia le apreció erosiones en cara
y cuello, hematomas en piernas, arrancamiento de cabello,
contusiones en la cara, hematoma en la zona pretibial y
erosiones en el cuero cabelludo. Al igual que en el parte
del día anterior, el diagnóstico emitido por el facultativo
de guardia indicaba que la mujer había sido objeto de
agresión.
Posteriormente, el día 22, fue al Centro de Salud del
Recinto Sur donde se le apreció policontusión en todo el
cuerpo, hematomas, heridas en la cara, contractura cervical
y mal estado en general.
El facultativo le recomendó reposo durante dos semanas en su
domicilio.
La mujer se encuentra en un estado de gran ansiedad y
manifestó a este diario que teme que se vuelvan a repetir
las agresiones.
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