Sorprende y mucho los diferentes
parámetros de actuación, a todos los niveles, que se siguen
en esta ciudad con respecto a los de la Península. Y hablo
en relación a las agresiones de las que ha sido víctima una
vecina de Ceuta cuya increíble historia aparece en este
diario. ¿Y cómo es posible que dos denuncias correlativas,
con dos partes médicos, el segundo de mayor relevancia que
el primero y que obliga a la mujer a estar dos semanas en
reposo se salde sin detenciones ni órdenes de alejamiento?
Algo inaudito. Máxime cuando las fuerzas policiales acuden y
tiene que trasladar a la víctima al Hospital y no detienen a
nadie, pese a que fueron varios los participantes en la
paliza y existe un grave trasfondo de racismo.
También es cierto que en la próxima reforma habrá que
matizar y agravar el delito de lesiones, para que ninguna
agresión violenta acabe como una simple “falta” y con una
multa, dejando al agresor libre para que vuelva a repetir su
fechoría. Y la brutal agresión sufrida por Daafia que tiene
el cuerpo lleno de hematomas y en cuya casa llegaron a
irrumpir los agresores para sacarla arrastras, no puede en
modo alguno ser calificada de “leve” porque requiere
tratamiento médico para paliar el dolor, sobre todo del
cuero cabelludo, ya que la pobre señora anda paseando los
mechones de pelos que le arrancaron a tirones y al tiempo
pide justicia.
El hecho de que los atacantes fueran vecinos no puede llevar
a la simplicidad de hablar de “una pelea entre vecinas” y el
calibre de las amenazas sufridas por el pobre esposo por su
origen cristiano pasan por quemar su domicilio con una
bombona de butano y quemarle el coche. Y ni una simple orden
de alejamiento. Extraña aplicación de la normativa cuando
personalmente he visto detener y pasar la noche en los
calabozos a hombres con orden de alejamiento de sus “ex” por
denuncias totalmente infundadas tipo “fui a entrar al bar y
él estaba allí y como no se marchó llamé a la policía”
abusos incalificables en muchas denuncias por conculcar las
órdenes de alejamiento y rigor extremo contra los
infractores. Sin embargo la misma policía llega al escenario
de un delito, perdón he querido decir de una “falta” tienen
que llamar a la ambulancia para llevarse a la víctima y no
pasa nada, lo que lleva a interpretar que el criterio
policial es que cualquiera puede agredir a otro sin
consecuencias policiales siempre que el agredido no tenga
que ser evacuado con las tripas abiertas y los intestinos
recogidos en una bolsa del Eroski.
Y precisamente en estos momentos, cuando el Ministro del
Interior predica un mayor rigor contra los vándalos y los
violentos es cuando hay que aprovechar el tirón legal para
retocar el delito de lesiones ya que el actual 147 señala
que “La simple vigilancia o seguimiento facultativo del
curso de la lesión no se considera tratamiento médico”. Más
fácil derivar una paliza a falta, aunque si el mismo
culpable da cuatro palizas consecutivas es ya delito, por lo
que el violento puede dar tres tandas de palos seguidas y le
va a salir gratis ¿Sabran esto quienes se dedican a cobrar
de forma más o menos coercitivas a los morosos? ¡Y eso que
estamos en un país garantista! Lo evidente es que la mujer
víctima de dos agresiones vive aterrorizada y no se atreve a
salir de su casa porque tiene auténtico miedo, así que
tendrá que esperar a recibir la tercera paliza de sus
agresores para que juzguen la falta y ya a la cuarta ¡será
delito! Se ve que los que redactan las leyes nunca han sido
víctimas de agresión.
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