En el apartado de multiculturalidad y de relaciones con los
iguales, el estudio realizado por José Miguel Cantón Gálvez,
Francisco Javier Escobar Rivas y Carlos Rontomé Romero,
aporta un dato: en el grupo de jóvenes de 15 a 19 años,
plantean algunos de orígen sociocultural árabe, que parte de
su comunidad, mantienen posturas más cerradas y deben ser
más abiertos. La sociedad debe tender a la globalización y
ser más abierta, dando lugar al mestizaje, según la
consideración que aportan. De hecho, las chicas que se ponen
el pañuelo, no renunciarían a él para encontrar trabajo y se
sienten amparadas por las características de la sociedad
actual que es abierta y tolerante, además de sentirse
protegidas por la leyes españolas, reconociendo así que se
acogen a un derecho que tienen recogido en la Constitución
española.
Los grupos de amigos, de iguales, es decir, en cualquier
segmento de edad analizado, lo componen jóvenes tanto
musulmanes como cristianos. Y además plantean que “todos
somos iguales”, no hacen distinciones en este ámbito. El
estudio recoge que los jóvenes ceuties se relacionan en la
escuela, el trabajo, salen de tiempo libre o participan en
equipos deportivos con amigos de todas las confesiones
religiosas.
Este comportamiento les lleva, a valorar de una forma muy
positiva a las relaciones multiculturales que hay en Ceuta.
De hecho, los grupos deportivos tienen una composición mucho
más multicultural que los grupos de amigos.
El entorno del mundo laboral suele ser, según aprecian los
jóvenes, más discriminatorio o más intolerante a la hora de
verse influenciados por el aspecto físico o los símbolos
étnicos-religiosos que la escuela o el entorno de los
amigos.
Integración y tolerancia
Las conclusiones a las que llega el estudio de la juventud
en Ceuta es que la religión no es algo que sea importante en
sus vidas. De hecho, ha aumentado número de jóvenes que se
considera indiferente o agnóstico en relación al estudio de
2001. Además, se aprecia la diferencia entre posicionamiento
religioso y la práctica real de la religión, es decir, se
pertenece a una determinada religión, incluso se cree en
Dios, pero no se practica ni se aplica.
Los padres muestran una práctica superior que sus hijos por
la religion. Por otra parte, los jóvenes musulmanes, hindúes
y hebreos, practican más su religión que los cristianos. Y
en ello influye la familia, la presión social y el ser
religiones con más presencia en sus vidas cotidianas de sus
entornos socioculturales.
El orígen étnico o inmigrante, el nivel educativo, la
posición de clase y la relación con la actividad económica,
son variables determinantes en la perceción de
discriminación de los jóvenes de la ciudad: 1 de cada 4
jóvenes de orígen sociocultural árabe, se ha sentido
discriminado alguna vez en su vida. Este porcentaje se ha
visto incrementado en 7 puntos desde 2001.
Sin embargo, el trabajo que había sido hasta ahora uno de
los espacios de discriminación y exclusión entre jóvenes,
según loa datos extraídos de este estudio, ha dejado de
serlo a favor de nuevos ámbitos como el acceso a la
vivienda, a la sanidad pública o en la iniciativa personal.
El orígen sociocultural del joven parece también determinar
en parte el sistema de estereotipos y prejuicios con
respecto a distintos colectivos de la sociedad. Por ejemplo,
los jóvenes de rígen auropeo mantienen una visión más
abierta y de aceptación de la diversidad sexual que los de
orígen árabe.
Sin embargo, un aspecto elevante que se extrae de este
trabajo es que la tradicional línea divisoria entre jóvenes
cristianos y musulmanes parece tender a diluirse con
respecto a la red de relaciones de amistad entre ambos
colectivos. Tanto cristianos como musulmanes mantienen en su
red de relaciones sociales a jóvenes de una u otra creencia
religiosa.
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