La pasada semana se presentó un libro bajo el título
“Estudio de la juventud en Ceuta”, que recoge la
investigación sociológica de José Miguel Cantón, Francisco
Javier Escobar y Carlos Rontomé. La encuesta se ha hecho
sobre un total de 633 jóvenes de la ciudad elegidos
aleatoriamente del Padrón municipal de habitantes y
distribuidos, proporcionalmente, entre los seis distritos de
la ciudad.
Dos de cada tres jóvenes de la ciudad les gusta Ceuta para
vivir por varias razones: por haber nacido aquí y por tener
a toda su familia en Ceuta. A un 66% de los encuestados en
este trabajo, les gusta vivir aquí, lo que supone 10 puntos
más que hace 23 años y un punto más que hace 10 años. Y se
valora la tranquilidad con la que se vive, según un 18,7% de
los consultados, un 10% más que hace diez años. Solo 1 de
cada 3 jóvenes no les gusta Ceuta para vivir, y lo
argumentan por el aislamiento de la ciudad con respecto a la
península y por la falta de sitios donde ir, además de una
carencia notable: la falta de oportunidades laborales y
educativas. Aún así, la mayor parte de los jóvenes ceutíes
desea desarrollar su futuro en Ceuta. Así se desprende,
junto a otras características de la investigación
sociológica de José Miguel Cantón, Francisco Javier Escobar
y Carlos Rontomé, que ha sido recogido en un libro
presentado la pasada semana bajo el título “Estudio de la
juventud en Ceuta”, continuación de otro similar que ya
realizaron en 2001. Un ámbito éste en el que la población
joven de Ceuta, el 21,9% es casi tres puntos superior que en
la Unión Europea (19,2%) y cuatro puntos mayor que la media
española (17,9%).
Se da el caso que Ceuta con Melilla y Extremadura son las
regiones que menos población joven han perdido en los
últimos años. Así, en 2004 este segmento representaba en
Ceuta el 24,5% de todos los residentes en la ciudad y en
2010, este porcentaje se ha reducido en dos puntos y medio,
pasando de los 18.260 de entonces a los 17.677 de 2010.
La encuesta se ha hecho sobre un total de 633 jóvenes de la
ciudad elegidos aleatoriamente del Padrón municipal de
habitantes y distribuidos, proporcionalmente, entre los seis
distritos de la ciudad.
La familia
Se sigue manteniendo, como en los estudios anteriores, una
valoracion muy alta a nivel general y en todos los grupos de
edad, de la familia y el papel que juega en sus vidas como
gran sustentadora de sus necesidades y bienestar.
Circunstancia que se agudiza mucho más en la actualidad por
el momento de crisis económica que atravesamos.
Los conflictos con los padres suelen venir, para los jóvenes
entre 15 y 19 años, en cuanto a los horarios, estudios y el
control que ejerce sobre ellos que entienden va dirigido a
su futuro bienestar. Se consideran dependientes de sus
familias y, dada la situación de crisis, en la actualidad
aún es más difícil independizarse, ya que la independencia
económica y de binestar se encuentran en sus familias,
haciendo aún más necesaria en su vidas que en estudios
precedentes.
La familia influye en ellos, en cuanto a la práctica
religiosa, hecho demostrado en el apartado del estudio y en
la formación de matrimonios o parejas, aunque este hecho en
menor medida. En cuanto a la situación económica influeye
según los jóvenes entre 15 y 19 años en la forma de utilizar
el tiempo libre, al salir los fines de semana.
En el grupo de 20 a 24 años, el estudio encuentra la
reiteración de que para ellos, tiene una gran importancia,
se encuentran muy bien en su seno y se manifiestan diciendo
que “es lo primordial, que representa el 50% para mí”, lo
que nos hace pensar que la familia tradicional con sus
características de autoridad, con los roles muy definidos y
jerarquizados, ha cambiado y ahora es una institución más
democráica, con relaciones horizontales, y sobre todo de
bienestar y salvaguarda del nivel de vida personal, es
decir, favorece el mantenimiento de la posición social.
En el grupo de edad de los mayores de 25 a 29 años, ya no
plantean aspectos de convivencia familiar y de relación de
sus miembros, si no la necesidad de independizarse, irse de
casa para empezar una nueva vida “vivir sus vidas”, dicen,
si bien esta decisión no pueden adoptarla mientras carezcan
de la estabilidad laboral o no dispongan de trabajo,
Por todo ello, el estudio arroja una conclusión: el papel de
la familia en los discursos planteados es valorado de una
forma clara por los jovenes de 15 a 24 años, como gran
sustentadora y donde encuentran el binestar y ayuda para sus
vidas.
Sin embargo, los jóvenes de más de 25 años, aún valorando el
papel de la familia de forma muy positiva, desean salir de
su seno para vivir sus propias vidas, aunque se ven
condicionados por las elevadas tasas de paro existente en
nuestra ciudad.
El grupo de jóvenes de 20 a 24 años, ante la imposibilidad o
dificultad de independizarse, señalan como mejor opción
seguir estudiando, si bien les preocupa que el estudiar no
les sirva para salir adelante.
El discurso sobre la educación, el papel de ésta para
acceder al mundo laboral y tener una formación como base
técnica y cultural, se ha centrado sobre todo en los jóvenes
de 15 a 24 años. Una franja de edad que también ven muy
claro que la formación lleva al trabajo, por lo que optan en
formarse a base de cursos, prácticas o, en defnitiva, como
ellos dicen “hacer algo”.
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