El amigo que estuvo prácticamente todo el día y parte de la
noche con el acusado de matar a su padrastro en la barriada
de San Amaro se desmoronó ante la insistencia del Ministerio
Fiscal y confesó que Ángel José P.C. estuvo toda la tarde
diciéndole que iba a matar a Francisco José Forés Pecino. En
uno de los momentos culminantes de la sesión de ayer admitió
en la sala de la Sección VI de la Audiencia Provincial de
Cádiz en Ceuta que el acusado manifestó: “Ángel me dijo que
había matado al hijo de Satanás”.
Aunque relativamente corta, la sesión matutina del juicio
contra Ángel José P.C., de 20 años, acusado de matar con un
cuchillo jamonero a su padrastro, Francisco José Forés
Pecino, en mayo de 2010, fue de gran intensidad, dados los
testimonios.
Uno de los más relevantes lo prestó Santiago R.G., amigo del
acusado, y con quien pasó prácticamente todo el día previo
al crimen, el 25 de mayo, y se reunió con él en la madrugada
ya del 26, justo tras haberse perpetrado el crimen.
Santiago no empezaba su testimonio con franca colaboración,
mostrándose esquivo y con escasísima memoria. De hecho, no
quiso reconocer que había estado con el acusado tras haberse
perpetrado el crimen. Fue la insistencia del Ministerio
Fiscal, que recordó su testimonio -prestado voluntariamente
ante la Policía veinticuatro horas después del crimen-, la
que venció las reticencias.
Empezó reconociendo que había estado desde las tres de la
tarde con Ángel José P.C., primero en la playa con unos
perros, y posteriormente andando sin rumbo por la ciudad.
Finalmente, empezó a recordar. Dijo que hablaba de su
padrastro, que le tenía “mucho odio. Que un día se iba a
mosquear y la iba a liar”. Explicó que le pidió que “no
hiciera ninguna tontería”. Finalmente manifestó que en
varias ocasiones el acusado le advirtió que iba a matar a
Francisco José Forés Pecino.
“No lo veía capaz de matar. Lo veo como un buen niño, lo
conozco desde hace tiempo y no podía imaginar que fuera a
hacer eso”.
A fuerza de insistirle, declaró que el acusado le había
dicho ya por la tarde que buscara “algún colega del
Príncipe” para que matara a su familia. También que
interpeló a una persona que tiene una tienda en la Gran Vía
para que le facilitara una pistola para matar a su familia.
“Fue a preguntarle al hombre si tenía una pistola de
verdad”, explicó el testigo durante la sesión judicial con
jurado popular.
Finalmente, se derrumbó y explicó que cuando Ángel José
entró en su casa de madrugada para matar a su padre, él se
quedó en las inmediaciones esperándole. Cuando salió, tenía
una mancha de sangre en un brazo y portaba una mochila.
Finalmente, confesó el contenido de la conversación que
mantuvo: “dijo que entró gateando a la habitación de su
padrastro, que se puso en pie, que le pegó una cuchillada,
que le clavó el cuchillo hasta la empuñadura, hasta el
fondo. Si lo dije ante la Policía era porque es verdad.
También dijo que su hermanastro Daniel se levantó y que
pelearon y que su abuelo intentó ayudar a Daniel”. El
testimonio más sobrecogedor fue cuando reconoció: “Ángel me
dijo que por fin había matado al hijo de Satanás”, explicó
Santiago.
A preguntas del abogado de la acusación, en torno a esta
afirmación que habría hecho su amigo tras haber acabado con
la vida de su padrastro, indicó que “no es normal” su
comportamiento y que cualquier persona que hubiera escuchado
dichas palabras pensaría que Ángel José “estaba loco”.
También la acusación particular le hizo reconocer que
durante su relación con Ángel José éste le había parecido
una persona “normal, sociable”. El joven no miró a la cara
ni una sola vez al acusado del crimen.
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El acusado sufrió un conato de asfixia durante la sesión
La sesión matutina de la vista
oral hubo de ser suspendida por el magistrado presidente de
la Sala, Jesús Carlos Bastardés, debido a que el acusado
empezó a dar muestras de dificultades para respirar, aunque
previamente había estado jugueteando con las esposas,
observándolas muy de cerca. Una vez recuperado, continuó la
sesión, que había sido interrumpida durante el testimonio
del hermanastro Ángel José P.C. Durante la tarde y en mitad
del testimonio de los médicos que atendieron a su agonizante
padrastro, el acusado parecía desinteresado de lo que
ocurría, llegando a bostezar e incluso pareció echar alguna
que otra cabezada.
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