La crisis económica azota a los hogares, máxime cuando
alguno de sus miembros, o todos, se encuentran en situación
de desempleo o simplemente ya sin percibir prestación
alguna. Muchos acuden a la solidaridad que les brinda
Cáritas Diocesana. Su director en Ceuta, Manuel Gestal
Bermúdez, estima que atienden a entre 700 y 800 familias
ceutíes. Lo que anteriormente se circunscribía a grupos en
exclusión, en la actualidad se extiende a personas que jamás
hubieran imaginado tener que recurrir a la beneficencia.
Cáritas Diocesana ayuda regularmente a entre 700 y 800
familias ceutíes cuyos escasos recursos les impiden llevar
una vida con un mínimo de dignidad, de no ser por la
solidaridad de la Iglesia y de muchas personas y entidades
que colaboran desinteresadamente a ello.
Manuel Gestal Bermúdez, es el director de Cáritas Diocesana.
Este militar coruñés, llegó a Ceuta en 1977 y lleva más de
veinte años vinculado a Cáritas Diocesana, que engloba las
cáritas parroquiales de Santa Beatriz de Silva, San José,
San Juan de Dios, Santa Teresa de Jesús, Nuestra Señora de
África, Nuestra Señora de Los Remedios y Nuestra Señora del
Valle.
Se atiende un promedio de cien familias por parroquia,
aunque Cáritas Parroquial de Nuestra Señora de África, que
tiene a unas ochenta familias bajo su jurisdicción, tiene el
añadido del mayor número de ayudas a itinerantes.
El perfil de las personas que acuden a Cáritas habitualmente
dada su precaria situación económica “ha subido de nivel”,
tal y como constata Manuel Gestal. En efecto, “antes eran
prácticamente personas que se encontraban en riesgo de
exclusión social, dado que apenas llegaban al salario mínimo
interprofesional con sus ingresos”. Pero lo que parecía que
no llegaría nunca, ya está aquí: “ahora atendemos a personas
a las que jamás les hubiera pasado por su imaginación tener
que acudir a Cáritas”. Como explica el director de Cáritas,
ya es común el caso de matrimonios en los que trabajaban los
dos cónyuges y que dividían sus sueldos para por un lado
pagar la comida y gastos diarios y por otro hacer frente a
hipotecas y créditos. Simplemente con el hecho de que uno de
los dos cabezas de familia se quede en situación de
desempleo, ya se plantea la disyuntiva: “O se come o se paga
el piso”, explica gráficamente Manuel Gestal. Se trata pues,
de familias que no hace mucho disfrutaban de una situación
holgada, como les correspondía al estar encuadrados en la
clase media, y que ahora ven cómo se hallan en el umbral de
la pobreza, en el denominado salario mínimo
interprofesional.
En este sentido, el director de Cáritas indica que la ciudad
se encuentra entre las primeras de España en índice de
pobreza.
Las colaboraciones que a su vez recibe Cáritas para ayudar a
los más necesitados provienen fundamentalmente de Cruz Roja
y del Banco de Alimentos, pero es indudable que la
iniciativa particular es especialmente valiosa. Con la
crisis económica lo lógico hubiera sido pensar que estas
aportaciones hubieran decrecido, pero paradójicamente ha
sido al contrario: “la gente, aunque parezca un
contrasentido, se vuelca mucho más que antes, porque es
consciente de que hay muchas personas que lo están pasando
mal, muy mal. Antes, con el estado del bienestar no tenían
tanta percepción de la pobreza, pero ahora todos sabemos que
falta trabajo”, declaró el director de Cáritas Diocesana.
Por ello, muchos apuestan por ayudar a los demás a través de
Cáritas y esto se debe, entre otras razones, a que la
institución “tiene un índice de credibilidad muy alto”,
según Gesta. En efecto, como explica el director en Ceuta,
Cáritas se somete internamente a auditorías de cuentas y
además cuenta “con el aval de la Iglesia”. Actualmente, el
convenio de colaboración con la ciudad se ha reducido en su
importe. Se acaba de liquidar el año pasado, pero desde
Cáritas se agradece enormemente la aportación institucional
y se comprende que parte de los recursos sirven para ayudar
a los más necesitados a través de Servicios Sociales.
“Nuestro fin es el potenciar la dignidad de la persona. No
digo que Servicios Sociales no sea eficaz, sino que no va
tan rápido como nosotros. Lo poquito que tenemos, lo
miramos, lo valoramos y actuamos”, explicó al respecto el
director de Cáritas Diocesana de Ceuta.
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Ayuda solidaria para evitar el pozo de la exclusión
Fundamentalmente la acción de
Cáritas Diocesana se centra en proveer de alimentos a las
familias necesitadas, pero también les pueden aportar ropa,
o pagar recibir de luz y agua, alquileres... “Tratamos de
ayudar con cualquier cosa que suponga que podamos evitar que
la situación de las personas pase de ser mala a ser aún
peor. En nuestro propósito está evitar que las personas
caigan en el pozo de la exclusión”. Pero no sólo eso, sino
que en algunos casos también muy delicados, se intenta
ayudar a familias que tienen dificultad extrema para hacer
frente a un pago de hipoteca, por ejemplo. También proveen
de medicinas a personas que no pueden costeárselas e incluso
han llegado a subvencionar desplazamientos de personas que
necesitan servicios médicos que no pueden recibir en Ceuta.
Se trata pues de una diversificación de acciones que se
adoptan con la mayor rapidez posible, pero siempre bajo una
valoración objetiva previa.
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