El profesorado universitario ceutí espera con preocupación
el efecto que producirá la implantación de las medidas
urgentes de ‘racionalización del gasto en el ámbito
educativo’ del Gobierno. Las modificaciones sobre las
funciones del profesorado, que aumentan la docencia mínimo
hasta los 32 créditos, ponen a los profesores asociados y el
personal contratado en entredicho. En Ceuta y Melilla, la
mayoría de los profesores universitarios responden a este
perfil.
Las comunidad universitaria ceutí espera estos días con
inquietud cómo se va a materializar el paquete de medidas
urgentes de racionalización del gasto público en educación,
aprobadas por el Gobierno hace hoy exactamente diez días.
Las modificaciones en lo relativo a la Universidad son
sustanciales y afectan a diferentes ámbitos, desde el precio
de las tasas universitarias a la nota mínima de acceso, pero
también se refieren al régimen de dedicación del
profesorado. Este es el capítulo que, por su repercusión,
tiene a los profesores universitarios de Ceuta con los ojos
puestos en Granada, ya que el futuro de muchos de ellos
depende de cómo se apliquen estas medidas que, según
explican desde el sindicato CCOO “necesitan de ampliación
legal porque no dejan claro muchos aspectos sobre los
cambios”.
Según las modificaciones publicadas en BOE el 21 de abril,
el profesorado universitario a tiempo completo “dedicará a
la función docente la jornada necesaria para completar un
total de 24 créditos a lo largo del curso”, un número que
aumenta hasta 32 en el caso, por ejemplo, de que no haya
realizado la función investigadora que presupone su cargo.
Esto, en sí, puede verse como un incentivo de la
investigación universitaria; el problema, según aclara el
presidente del Comité de Empresa de profesores
universitarios de la UGR en Ceuta, Aureliano Martín Segura,
es que el aumento de carga docente pondrá “en la calle” a un
número todavía indeterminado, pero seguramente alto de
profesores universitarios.
“Todavía no hay ninguna cifra, porque la propia UGR todavía
no ha expuesto cómo va a restructurar la universidad tras
las modificaciones, pero hay cálculos que llegan a decir que
en Ceuta podrían reducir hasta en un 40% la plantilla”. Tal
y como aclara Martín Segura, dentro del ámbito de la UGR,
Ceuta y Melilla son las ciudades que funcionan con una mayor
cantidad de personal asociado y contratado, bien a tiempo
parcial o bien a tiempo completo, es por eso que sus
condiciones en lo que respecta a la estabilidad laboral son
más delicadas.
La semana pasada, tras asistir a la reunión del
vicerrectorado con los miembros de los comités de empresa
(con voz, pero sin voto dentro de la estructura de la
Universidad), se intentó dar un empujón a Plan de ordenación
docente del próximo curso, pero los resultados tendrán que
esperar unos días, quizá incluso hasta septiembre, porque
para la implantación de las medidas urgentes del Ministerio
de Educación, quedan en el aire muchas lagunas, que harán
necesario un mayor desarollo legal de la normativa,
aclarando cómo aplicar cada modificación.
Menos de cien docentes
Ceuta cuenta en este momento con dos Facultades de la UGR,
‘Educación y Humanidades’, con más de 75 años de trayectoria
y ‘Ciencias de la Salud’, donde se imparte la diplomatura y
el grado de Enfermería. Sumando los profesores que dan clase
en ambas sedes (la UNED cuenta con una ordenación distinta,
por lo que no computa dentro de estos cambios), llegamos a
un total de 93 (74 en Educación y Humanidades y 19 en
Ciencias de la Salud). Aunque algunos de ellos son
catedráticos y disponen de una plaza fija, la gran mayoría
dan clases sin ser funcionarios.
¿Qué pasa con los trabajadores fijos laborales que no son
funcionarios, se les aplica o no el decreto? Ni siquiera la
comisión académica de ordenación docente, reunida la pasada
semana tiene la respuesta. Pero Aureliano García afirma que
una aplicación directa de la norma sería discriminatoria,
porque pondría en riesgo de perder su puesto de trabajo a
personas que trabajan igual o más que otras, por no contar
con puesto de catedrático. Para muestra, un botón, es el
caso de Enfermería, donde hay solo un catedrático y el resto
de profesores trabajan contratados a tiempo parcial. Está
previsto que el rector de la UGR se reúna esta semana con
los vicerrectores de ordenación académica para avanzar en la
implantación de estas medidas. Se espera que entonces, el
rector, Francisco González Lodeiro, arroje algo de luz sobre
la situación.
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