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sucesos - DOMINGO, 1 DE ABRIL DE 2012


traslado del policía herido. archivo.

juicio
 

Absuelto de atentado el menor acusado de derribar a un policía

El Fiscal ha retirado la acusación contra el menor al que la Local señaló como culpable de propinar una patada a la moto de un agente que cayó al suelo durante una persecución
 

CEUTA
Virginia Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El menor que fue señalado como el culpable de pegarle una patada a la moto de un agente y que pasó un mes en Punta Blanca como imputado por un caso de atentado, se ha liberado de esta acusación después de que el fiscal la retirara tras escuchar a los agentes en la vista que se celebró el miércoles.

“Yo siempre he dicho la verdad. Sin embargo, la Policía ha dado distintas versiones”. Así de tajante se muestra Fahd A.A. tras el juicio que se celebró contra él en el que se le imputaba un delito de atentando contra la autoridad que finalmente fue retirado. Y es que, durante la vista celebrada el pasado miércoles las distintas versiones policiales hicieron que el fiscal retirará la acusación que pesaba contra el joven al que varios agentes culparon de dar una patada a la moto de un policía que le perseguía y que cayó al suelo. Los hechos ocurrieron el 3 de junio de 2011, cuando Fahd, aún menor de edad, se escapó de un control policial porque la chica que llevaba con el no tenía puesto el casco. Algo que él siempre reconoció. Durante la persecución el agente David Vega cayó al suelo y el en atestado el oficial de la local que participó en la carrera aseguró que el chico había propinado una patada a la moto provocando que el agente cayera.

Sin embargo, en la vista el policía afectado aseguró que el incidente se trató de una caída y que nunca hubo una patada. El oficial, por su parte, afirmó que el atestado lo escribió después de que su compañero le contara en el Hospital que el chico le había propinado la patada. Una conversación que Vega dijo no recordar. Mientras, el tercer agente involucrado aseguró no haber visto nada. Versiones contradictorias que llevaron al fiscal a retirar la acusación de atentando contra la autoridad que pesaba sobre Fahd y por la que pedía nueve meses de internamiento y tres de libertad vigilada. Ahora sólo se enfrenta a una posible condena por un delito contra la seguridad de vial y una falta de imprudencias, por la que el representante del Ministerio Fiscal pide tres meses de libertad vigilada.

Falta de imprudencias

No obstante, para Fahd lo peor ya ha pasado. A sus espaldas queda un mes de internamiento en Punta Blanca y ocho de libertad vigilada. “Me he quitado un peso de encima, después de todas las mentiras que se ha dicho” dice con pesadez en su voz. Y es que, esta experiencia se ha vuelto inolvidable para el joven que durante nueve meses se ha sentido “señalado” de un delito cuya acusación finalmente fue retirada por el propio fiscal.

Para la familia, Fahd ha sido juzgado mucho antes de la vista. Ahora, están contentos al ver que la versión del joven se ha ratificado ante los tribunales y sólo esperan poder dejar atrás este capítulo que se abrió el pasado 3 de junio y que esperan cerrar en pocos días cuando salga la sentencia definitiva del Juzgado de Menores.
 


Fahd aún sufre las secuelas del mes que pasó en Punta Blanca

El 3 de junio de 2011 es una fecha que se le ha quedado grabada a fuego a Fahd A.A., porque fue ese día el que le acusaron de pegarle una patada a la moto de un policía local. Una acusación que finalmente ha retirado el fiscal que le acusaba pero que a este joven, entonces menor de edad, le costó un mes de internamiento en Punta Blanca. De la experiencia, Fahd asegura haber sacado “muchas lecciones” tantas que desde entonces no ha vuelto a ser el mismo. Su familia cuenta como le ha cambiado el carácter e incluso como sufre desmayos constantes por la ansiedad. “No puedo dormir con la puerta cerrada ni escuchar como la gente habla bajo a mi lado” reconoce el propio chico, que no quiere ser fotografiado pero que quiere contar su historia para que “no vuelva a pasar”. Él y su familia tienen la esperanza de que su caso sirva para que otros chavales no sean acusados por la policía sin razón.

La mirada de Fahd es cabizbaja y cuando recuerda su paso por el centro de menores sus ojos se enturbian. “Todavía lo estoy pasando muy mal” lamenta. Lo peor de estar en el centro de Punta Blanca es lo encerrado que se sentía, según reconoce. Su madre y su hermana lo recuerdan con “mucho sufrimiento” y las lágrimas afloran a sus ojos. Fue un mes en el que el joven se aferró a los libros para salir adelante y poder aprobar los exámenes. Ahora, Fahd ha retomado su vida y sigue estudiando en el instituto. Tiene todo el futuro por delante y ahora sólo un objetivo: superar este duro trago.
 


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