El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González,
realizó ayer una completa visita a las instalaciones del
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) durante la
cual reconoció la “colaboración intensa” de Marruecos en el
control de la inmigración clandestina, que impide “las
entradas tan masivas que se producían”. El delegado utilizó
la expresión de “tocar madera” para señalar su deseo de que
esta situación se mantenga porque “nosotros también tenemos
nuestras limitaciones”. Ahora hay en el CETI unas 400
personas, un centenar menos que el límite de plazas, frente
a las más de 700 a las que se llegó en 2011.
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González,
realizó ayer una completa visita a las instalaciones del
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) durante la
cual reconoció la “colaboración intensa” de Marruecos en el
control de la inmigración clandestina, que impide “las
entradas tan masivas que se producían”. El delegado utilizó
la expresión de “tocar madera” para señalar su deseo de que
esta situación se mantenga porque “nosotros también tenemos
nuestras limitaciones”. “España está en una situación
complicada, sobre todo en el ámbito económico, y eso influye
en todos los servicios, con ajustes presupuestarios que no
van a ser una excepción en ningún departamento, a pesar de
que se ha insistido, y así se va a cumplir, que los que
estén en el ámbito de lo social van a mantener ese rango”.
El delegado concluyó no obstante que “el problema de esto no
es el dinero, es el drama humano, y por eso sería mejor que
no se produjeran estas entradas”.
En relación con el funcionamiento del CETI, el delegado
subrayó que, tal como adelantó EL PUEBLO el pasado martes,
el centro, que el año pasado alcanzó cifras superiores a los
700 residentes, dispone en la actualidad de un centenar de
plazas libres, después de que la cifra haya bajado a poco
más de 400. A su modo de ver, se trata de “un rango perfecto
de trabajo, que permite atender mucho mejor a estas personas
por no haber sobresaturación”. “En otros sitios están
bastante peor, así que esperemos que se mantenga por mucho
tiempo esta situación”, concluyó.
Al delegado le gustaría no obstante, según dijo, que las
instalaciones estuvieran “mucho más vacías”, porque eso
significaría que el descenso de la inmigración se habría
producido “y no porque no llegue a España, sino porque
vivimos en un mundo mejor, que no vendrían de esos países
huyendo de ese entorno de miseria, de la guerra”. “Porque
salen así, el primer mundo no puede dar la espalda a estas
personas, tenemos que atenderlas lo mejor que podamos”,
afirmó.
También alabó González Pérez el buen funcionamiento del
CETI, en el que pudo incluso probar la comida que los
propios inmigrantes realizaban en el curso de cocina que se
desarrolla en sus instalaciones, así como parte de la que
conformaba el menú del día del centro.
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En doce años por el CETI ha pasado 24.000 inmigrantes
En su visita, González Pérez
conoció de mano de los responsables del CETI, con su
director, Carlos Bengoechea, a la cabeza, los protocolos que
se aplican en el centro, que este mes cumple doce años.
Según el dato ofrecido por el director, en este tiempo se ha
derivado a la península a unos 24.000 inmigrantes.
Entre los servicios que visitó el delegado estuvo el área
sanitaria, en el que el médico del centro, Sergio González,
explicó que los inmigrantes cuentan con atención las 24
horas del día y los 365 días del año, con un facultativo por
la mañana y una enfermera por las tardes. También manifestó
el doctor que los inmigrantes no suelen llegar con
patologías graves o enfermedades infecto-contagiosas, en
contra de lo que desde Cruz Roja se señaló en diciembre
pasado en relación a la posible desaparición de su programa
sanitario.
El delegado aprovechó su visita para entregar un diploma del
DELE (Español como Lengua Extranjera) a uno de los últimos
inmigrantes que lo ha obtenido.
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