La visita del Delegado de Gobierno al CETI es un paso más
para detentar de forma clara y expresa la realidad de Ceuta,
así como los problemas reales que acucian a esta ciudad. Uno
de ellos la inmigración ilegal en sus diversas vertientes,
con un tipo de inmigrantes que ya conocen de sobra la
situación económica de España, no pueden calificarse como
“deslumbrados por el espejismo europeo” pues son conscientes
de las cifras escalofriantes de pobreza y desempleo que
padecemos, pero que, no obstante, acuden en busca del
“Estado asistencialista” que es el tipo de Estado que
Sarkozy trata de erradicar en Francia, porque no hay
economía que lo pueda sostener y a los contribuyentes no se
les puede apretar más por el riesgo de que acontezca una
catástrofe social.
Y el “tour” del delegado por el CETI a muchos no nos parece
onegetista ni conmovedor, porque en España hay 11.600.000
pobres que malviven y tratan de subsistir compaginando las
míseras ayudas sociales (el afortunado que las recibe,
porque otros ni eso) con el almuerzo en los comedores
sociales y los botes de alubias, lentejas, garbanzos y el
tetra brik de lecho del Banco de Alimentos. A los pobres
españoles les cuesta la misma vida el comer día tras día y
es por ello por los que tantos ciudadanos opinan que es muy
justo y adecuado el hospedaje y la manutención de
extranjeros en el CETI, con tantas comodidades y
facilidades, pero como no son apátridas sino que son
nacionales de Estados soberanos, que se reclame a las
Embajadas de esos Estados los gastos íntegros que genere su
estancia en este país, porque el plato de puchero y la barra
de pan que se comen, dicen y opinan algunos, que se lo están
quitando de la boca a un pobre español y la ropa de cama de
la que disfrutan es de la que carecen los miles de sintecho
que duermen cada noche entre cartones soñando con poder
arrebujarse con una manta.
Por ello hay que tener un especial tacto y una gran
sensibilidad a la hora de relatar con alborozo los
privilegios de los que disfrutan los extranjeros en los
Centros y que así se empape el personal de lo buenistas y lo
caritativos que son los Gobernantes. Y lo son. Solidarios
con los ajenos y despiadados con los propios. O si no que
nos digan cuántos albergues de indigentes a tiempo ilimitado
y pensión completa está previsto que se inauguren este año
en las ciudades españolas. Para mí que si alguna orden
religiosa no se echa para adelante, ninguno.
Pero, consideraciones éticas y morales aparte, es elogiable
la postura del Gobierno de Marruecos que está demostrando a
la Unión Europea que cuando quiere impedir la salida de
ilegales rumbo a España lo sabe hacer de sobras y lo puede
conseguir. ¿O alguien ha dudado jamás de la eficacia y de la
profesionalidad de la Policía Marroquí? Y no se trata de un
halago sino de una realidad que ampara la inteligente dureza
de sus leyes. Aunque ha de aclararse que la Policía
Española, de encontrarse férreamente apoyadas por unas
buenas leyes lo bastante disuasorias para los que cometen
ilegalidades, alcanzarían idéntico nivel de eficacia.
Lo que es evidente es que España es hoy por hoy un país de
emigrantes y los mejores profesionales se ven abocados a
salir al extranjero. De ahí la necesidad de reformar la Ley
de Extranjería y de negociar para que el país vecino de
cumplimiento a los acuerdos bilaterales firmados. Acuerdo de
readmisión automática de quienes accedan ilegalmente a
España a través de Marruecos, sean súbditosmarroquíes o
pertenezcan a terceros países y readmisión automática de sus
ciudadanos menores de edad. Con tan solo cumplir Marruecos
lo acordado se experimentaría el respiro económico de
descongestionar casi en su totalidad los CETIS y de que
desaparecieran los MENA, con el ahorro millonario que ello
supone y que nos brindaría la posibilidad de apoyar al país
vecino para que repatriara al África subsahariana a los
extranjeros que acceden ilegalmente a ese país. El hecho de
que Sarkozy haya planteado la salida de Francia de la Europa
Schenguen para asegurar sus fronteras si no se endurecen las
leyes de inmigración hace que se evidencie la imposibilidad
de Europa de acoger a más extranjeros. Y visitar el CETI es
meritoro, pero más lo es apretar en Madrid para que negocie
definitivamente con Rabat el cumplimiento de Tratados,
Acuerdos, Convenios y Compromisos. Ceuta y Melilla se
encuentran desde la perspectiva política en una situación
excepcional, porque el problema nos afecta directamente. Así
como nos afecta la necesidad de una reforma radical que
erradique el fraude de ley de las mujeres marroquíes que
vienen innecesariamente a parir a España, pensando poder
sacar algún beneficio en el futuro como la obtención de la
nacionalidad española.
El problema es de fácil solución, bastan un par de
ambulancias y el acuerdo con la frontera para que las
parturientas sean retornadas a alumbrar a sus hospitales que
los tienen y en perfectas condiciones y caso de nacer aquí
un súbdito del país vecino que la inscripción sea en el país
vecino. A cada problema siempre hay una solución y nada es
imposible si se tiene el firme propósito de resolverlo.
Empezando así mismo con legislar para que la Extranjería sea
competencia exclusiva de la Policía para agilizar
repatriaciones, expulsiones, retornos y devoluciones y
considerar como menores emancipados a los extranjeros
mayores de 16 años que lleguen a esta ciudad a disfrutar del
asistencialismo. Una Nación como Marruecos, destino
turístico y capaz de levantar la maravilla del Tanger-Med
que no existe igual en toda España es más que capaz de velar
por los intereses de sus súbditos mayores, medianos y
menores. Argumentos y más argumentos, pero nada de ponerse
medalas porque en el CETI residan cuatrocientos extranjeros,
sino mejor guardarlas para el momento en el que el
cumplimiento estricto y respetuoso de los acuerdos firmados
con Marruecos, que son perfectos en cuanto al fondo y a la
forma tengan como consecuencia el que en Ceuta no exista un
CETI ni un MENA. Porque... ¿Ustedes sabían que en muchos
hospitales de España se escatima la comida? ¿Y que mucha de
la leche de los comedores sociales donde acuden familias
enteras para comer una vez al día está aguada? ¿Y que en
cientos de hospitales, por los recortes, tienen a los
enfermos en camillas por los pasillos? ¿Y que muchas abuelas
y los abuelos madrileños “pobres del 23” salen a mendigar la
última semana del mes pidiendo que les inviten a un cacho de
pan con café?. No me hablen de CETIS ni de MENAS, por favor.
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