La Consejería de Servicios Comunitarios, en concreto, una
brigada de Obimace, procedió ayer a la restauración de las
señales viales de la carretera del pantano, que unos
desconocidos habían borrado, según publicó este diario el
pasado sábado tras la denuncia de algunos vecinos. La
finalidad de quien sea el autor de esta infracción,
considerada “muy grave” por la ley de tráfico ya que pone en
peligro la seguridad, sería, según denuncian algunos
vecinos, el estacionar de forma indebida en la zona.
La Consejería de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y
Barriadas procedió ayer a la restauración de las señales
viales que unos desconocidos habían ocultado cubriéndolas
con pintura negra. Tal como recogía EL PUEBLO en su edición
del sábado, algunos vecinos estaban preocupados por la
seguridad en esta carretera, muy transitada y que además da
acceso a la residencia de ancianos Nazareth.
Tras la publicación de la denuncia, a primera hora del
primer día hábil, las ocho de la mañana de ayer, la Brigada
de Señalización Vertical y Horizontal de Obimace procedió a
repintar las marcas, tanto la central, que divide los dos
carriles y prohíbe el adelantamiento en el tramo afectado,
como las que delimitan los márgenes de la carretera, la A-7,
de la que es titular la Ciudad Autónoma. La Policía Local
dirigió los trabajos de la brigada para restaurar la
legalidad en la vía. La “retirada, sustitución o alteración
de señales” está calificada como una infracción “muy grave”
en la Ley de Tráfico.
La situación enfrenta a algunos de los vecinos de la zona
con otros, puesto que mientras unos denuncian el peligro que
supone que se borren las señales de la carretera, quienes
viven en el tramo en el que han desaparecido se quejan de no
poder aparcar allí sus vehículos. Unos dicen que no hay
sitio para estacionar y los otros que sí “pero no en la
puerta de casa, que es más cómodo”. “Son sólo 15, no estamos
hablando de 60 coches, sí hay sitios para dejarlos”,
manifestaba un vecino, quien lamentaba la situación de
peligro que se había creado en una carretera que “cada vez
tiene más tránsito y por la que caminan personas mayores que
van a la residencia”. “En mi casa hay cuatro coches y dentro
(en el garaje de su edificio), sólo uno, ¿qué hago con los
otros?”, se quejaba una residente.
Por su parte, el consejero de Servicios Comunitarios,
Gregorio García Castañeda, confirmó que en esta zona no
pueden habilitarse aparcamientos públicos, pues las parcelas
existentes son todas propiedad de particulares. Ante la
reivindicación de que dote a la vía de aceras, el consejero
explicó que no se dispone de espacio suficiente para
construirlas.
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