Festiva es una de las palabras que ellos utilizan para
definir su música. En esta ocasión, con sus notas pondrán
sonido a la fiesta judía ‘Tu B’Shvat’, pero aseguran que son
óptimas también para otro tipo de eventos, que la música,
más allá de las palabras, y del idioma en que estas se
expresen, es “comunicación, encuentro, alegría”. Es así como
nace ‘‘Rubinstein Klezmer Project’, como la comunión entre
tres amigos y la unión de modos diferentes de hacer música.
Ya’akov Rubinstein, hebréo, es un violinista israelí. Un
día, durante un viaje a Oslo, quedó cautivado por el sonido
del piano de Thomas Yehuda Martincevic Kolonomos. Almir
Meskovic, el más joven de los tres músicos, fue el tercero
en incorporarse. Le acompañaban su acordeón y una buena
dosis de formas musicales de los Balcanes, su tierra natal.
De aquello hace un año; doce meses en los que han ensayado
unos días en Noruega, otros en Bosnia... Primero hacían
“departamentos”, cada cual interpretaba su música natal y
los demás escuchaban; después, poco a poco, unos sonidos
iban entrelazándose con otros hasta lograr una combinación
que ni era israelita, ni croata, ni musulmana, pero que,
siendo multicultural, dejaba entrever las raíces de cada uno
de los músicos. Así nació este trío, para el que lo más
difícil - explicaban sus integrantes a EL PUEBLO, ayer
durante su primer ensayo en el Auditorio del Revellín- ha
sido aprender a compaginarse en la técnica, puesto que cada
uno de ellos traía un modo diferente de interpretar. Además
de compenetrarse, se hicieron amigos; y entonces empezaron
los ‘bolos’ por el mundo.
Los músicos quedaron impresionados con la acústica del
Revellín. Su actuación, dividida en ocho piezas, está
prevista para hoy, a las 20 horas, con motivo de la
festividad judía de los árboles y el medio ambiente.
Celebración en el templo
El ‘Tu B´shvat’ representa “la llegada de los primeros
frutos de los árboles”, explicaba José Bentolila, presidente
de la comunidad hebrea. Por la mañana estuvo presente en los
ensayos; por la tarde, participó junto a los demás
integrantes de la comunidad judía en la celebración que
realizaron en el salón, ubicado en la planta superior del
templo. Frutas y frutos secos repartidos por las mesas, para
compartir; bendiciones y oraciones, como base del rezo, y
buen talante para celebrar el preámbulo de la primavera.
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